
El día de la Cruz se trata de una celebración popular que tiene lugar en torno al 3 de mayo, día en el que se conmemora la invención (del latín invenio, «descubrir») de la Santa Cruz (verdadera cruz donde Cristo fue crucificado, Vera-Cruz) por santa Elena en el año 326 durante su peregrinación a Jerusalén. Esta gran santa se hizo también famosa por haber sido la madre del emperador que les concedió la libertad a los cristiano, después de tres siglos de persecución.
Hoy día, la Iglesia celebra la Exaltación de la Santa Cruz el 14 de septiembre y no el 3 de mayo como antaño. Siendo esta la fechas más importantes del calendario litúrgico crucero. El día de su muerte, Santa Elena rogó que todos los cristianos que creen en Cristo celebren estas fiestas de la cruz de Mayo.
La Hermandad de la Vera-cruz de la Sevillana localidad ribereña de Alcalá del Río, enclavada en un montículo a orilla del río Guadalquivir, celebro su tradicional fiesta de la Santa Cruz, el tercer Domingo de Mayo, por el grupo joven de dicha corporación crucera en horario vespertino, con el paseo, la Banda con toques de fiesta, los bailes de las flamencas y el ambiente festero por sevillana.
Una vez terminado el paseo tradicional, se celebra la procesión de la Santa Vera-Cruz. Este paso lleva la cruz, de guía de plata de la procesión de penitencia del Jueves Santo
Este paso es llevado a hombros, por los más jóvenes de la corporación. La procesión estuvo compuesta por más de un centenar de chicas y mayores ataviadas, con el traje de flamenca, bailando al son del tamborilero rociero Francisco Diaz Diaz, que con su pitido agudo y desgarrador y a veces suaves y armonioso, entona las melodías típicas del Rocío y siempre acompañado del compas bronco y profundo del tambor que pone su música también en la romería del rocío con más de 30 año en la Hermandad del de Marbella.
La parte musical del paso de la Cruz de mayo la puso la formación musical de la Banda de Música de la Oliva de la localidad sevillana de Saltera que dirige su directora Amadora Mercado Pérez.
Foto Antonio Rendón Domínguez

