Mayo en la ribereña localidad sevillana de Alcalá del Río es sinónimo de júbilo, de gallardetes verdes y cohetes. En plena Pascua de Resurrección, la Antigua Hermandad de la Vera-cruz de este municipio de la Vega sevillana celebra sus cultos principales para conmemorar la antigua fiesta de la Invención de la Cruz. Este año, además, con una circunstancia muy especial, pues el próximo 10 de octubre se cumplen 50 años de la coronación, proclamada canónica, de la Virgen de las Angustias, una de las más bellas dolorosas (e interesantes desde el punto de vista artístico) de la provincia.
La pandemia del Covi no ha impedido que este mayo vuelva a tener ese componente de alegría para los cruceros ilipenses. El año pasado, por estas fechas, fueron estos cultos con los que se reabrió la Real Ermita de San Gregorio de Osset, sede donde radica esta Antigua Hermandad, tras el confinamiento de dos meses. En este 2021, aunque sin procesión de bajada y subida, sí se han podido celebrar en su templo habitual: la parroquia de Santa María de la Asunción de la localidad.
Durante cinco tardes, la iglesia principal de la localidad ha acogido el quinario al Cristo de la Vera-Cruz que, junto a la Virgen de las Angustias, han presidido el altar efímero que se monta cada primavera y que constituye uno de los mejores aparatos de culto de la provincia. Para esta celebración se han cumplido escrupulosamente todas las medidas de seguridad vigentes para hacer frente a la pandemia, por lo que se ha restringido el aforo y los hermanos han tenido que inscribirse previamente para asistir. La función principal de instituto, celebrada el domingo por la mañana (y a la que las hermanas acuden con mantilla blanca), ha contado con la presencia del alcalde de Sevilla, Juan Espada Cejas, entre otras numerosas autoridades.
Los cultos concluyen con la veneración a los sagrados titulares, en sustitución del besapié y besamanos. En esta ocasión, la Virgen de las Angustias, situada en primer plano, luce su ajuar del Jueves Santo: el manto de las hermanas Antúnez, la saya de Juan Manuel Rodríguez Ojeda (restaurada este año Mariano Martín Santoja) y la Corona de Oro con la que fue coronada en octubre de 1971 por el cardenal José María Bueno Monreal. Detrás, sobre un monte de corcho y flores silvestres, del que mana agua, se encuentra el Cristo de la Vera-Cruz, (En sus pies el cráneo de Adán, lo que la leyenda cuenta que en el Monte Calvario se encuentra enterrado el primer hombre al que la sangre de Cristo redime y toda la humanidad descendiente) cuya iconografía conserva el velo que rememora el que se rasgó en el templo judío al morir y que tiene insertados el sol y la luna. Coronando el conjunto aparece el magnífico dosel del quinario, en cuyo centro cuelga un repostero con el escudo de Alcalá del Río, pues se cumplen 25 años de que a la Virgen de las Angustias le fuera impuesta la medalla de oro del Municipio ribereño, que exhibe esta jornada en su pecherín.
Una semana intensa que acabó con el traslado claustral de los titulares de esta Hermandad a la capilla bautismal de la parroquia, que recuerda a la procesión de subida que hasta 2019 tenía lugar, a las doce de la noche, hasta la Real Ermita de San Gregorio de Osset, en un pueblo totalmente en silencio y a oscuras, con la única luz de los cirios y las velas de sus hermanos/as de los cruceros.
A partir de ese momento, los hermanos/as de esta antigua corporación empezarán a contar los días para octubre, cuando está previsto -si la situación sanitaria lo permite- la procesión de traslado de los titulares hasta la parroquia (el sábado 9), la función conmemorativa de la coronación (el domingo 10), el besamanos y besapiés extraordinarios (lunes 11 y martes 12), el triduo extraordinario (del 13 al 15) y la procesión de regreso a San Gregorio (el sábado 16). De igual modo, el 7 de noviembre habrá una procesión del Cristo de la Vera-Cruz, Obra del imaginero (Roque de Balduque entre 1557 y 1561) y de la Virgen de las Angustias, (del siglo XVIII, atribuida a Montes de Oca), hasta el cementerio Ilipense de San Antonio, prevista el otoño pasado y que tuvo que ser aplazada al no permitirse este tipo de actos.
Uno de los aspectos más importantes de esta hermandad es la labor de caridad que lleva a cabo todo el año y que tiene su máximo exponente en la residencia de ancianos Virgen de las Angustias, considerada la mejor joya que adorna la corona de devoción que cada día los cruceros/as Ilipense ciñen sobre las sienes de su Madre.
Foto la Hermandad