DESDE TRIANA: LA OPINION DE ISABEL FAYOS.
En este puente del 1 de Mayo, la mayoría de los ciudadanos, se debaten entre pasarlo en una cálida playa tostándose al sol, o asistir a ese compromiso social ineludible y ostentoso, en que se han convertido hoy en día todas las comuniones de postín.
Barajan la posibilidad de pasar parte de su tiempo de ocio, compartiendo las saturadas carreteras en las que se prevén seis millones de desplazamientos, en los cuales estarán incluidos, con toda seguridad, muchos de los 12.000 conductores que han aprobado el carné de conducir de una manera fraudulenta, en las más de 100 autoescuelas implicadas, en 19 provincias de toda España, en la operación chuleta, o tomarse la chuleta y otros ricos manjares, aguantando la pesadez de estas ceremonias inevitables. ¡No sé yo que es peor!, me comentaba un amigo.
La verdad es que ante un puente de estas características siempre asusta desplazarse a cualquier parte, cuando oyes las previsiones de siniestralidad de las autoridades, que casi siempre son abrumadoras y premonitorias. Hace dos años, durante este mismo puente, 56 personas perdieron la vida y otras 28 resultaron heridas graves, el año pasado, 3.511 personas, ¡qué tiene narices! se dejaron la vida en las carreteras; y claro, ante estas expectativas y si eres un poco aprensible, terminas decidiendo coger el pedal etílico en la comunión suntuosa, a pisar el pedal del acelerador. En cualquier caso, hagan lo que hagan, que disfruten ustedes del puente y las comuniones con salud y alegría.