Hace un par de días estuve conversando con Isabel Pantoja, a quien de vez en cuando, con la espaciada periodicidad suficiente como para no hacerme pesado, localizo para que me hable de sus actividades profesionales; y dicha conversación es la que traslado.
Isabel: ¿qué haces ahora?
Pues verás José Luis: los días 26, 27 y 28 de junio creí que en el Palau de Barcelona había finalizado la gira que he realizado por toda España con mi espectáculo «Sinfonía de la copla», acompañada por la Orquesta Sinfónica de Moldavia, con el que he hecho más de veinte actuaciones; y digo creí, porque ahora me contratan para las galas de verano y me piden ese mismo espectáculo, aunque no se puede llevar a todas partes, porque es sólo para recintos grandes de mil quinientas o dos mil personas sentadas. Así que haré dos, que son la «Sinfonía» y el otro con orquesta pop.
Me da la impresión de que eres de las poquísimas artistas de España que se pueden permitir el lujo de descansar cuando quieren, volver cuando les apetece y hacer las galas que desean...
Gracias a Dios tengo más trabajo del que quisiera; pero es que te comprometes, te metes en la vorágine y no tienes más remedio que hacer las cosas; y es verdad que a lo mejor me dicen que tengo que hacer veinte galas y yo digo que no, que sólo diez, porque prefiero descansar entre actuación y actuación, para estar bien, porque de lo contrario es un matadero.
¿Y por qué crees que te puedes permitir ese lujo?
Bueno, ese lujo me lo he permitido siempre, porque prefiero ganar menos para no agobiarme mucho y poder vivir como me gusta vivir. Desgraciadamente, somos pocos los consagrados que podemos hacerlo, porque debería haber más.
¿Te queda alguna meta profesional aún por lograr?
Sí, sí, trabajar en Méjico y debutar en el Teatro Real, de Madrid, que si Dios quiere lo haré pronto, porque ya estamos en conversaciones; y después de eso, a descansar y a vivir.
Esto último que me dices me da a pie a preguntarte si tendremos a Isabel Pantoja como artista todavía mucho tiempo...
Pues el que Dios quiera, aunque creo que poquito.
Una última cuestión: parece que ya te han dejado tranquilita en esos programas mal llamados del corazón...
Ya era hora; y es que como vienen los juicios de las demandas que he puesto, se están frenando; pero bueno, lo dicho, dicho está, y ahora dictaminarán los jueces los que crean de justicia.