
El Colegio de Abogados de Sevilla, que el próximo año 2006 conmemora sus primeros tres siglos de existencia, es la corporación profesional más antigua de Andalucía. En la pasada festividad del Día de Sevilla el Ayuntamiento entregó al Colegio la Medalla de la Ciudad, reconociendo así los importantes servicios que durante los últimos trescientos años los abogados han prestado a la Ciudad y a los sevillanos. El decano del Colegio, José Joaquín Gallardo, recibió esa máxima distinción de la Ciudad de manos del Presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves.
1º.- ¿Pero cómo afronta su futuro el Colegio que usted preside? El futuro del Colegio de Abogados está intimamente vinculado al futuro de la abogacía, que es una actividad profesional cada día más necesaria y demandada. En un Estado de Derecho, cada vez es más imprescindible la intervención de los abogados en toda clase de asuntos. En ese sentido, el Colegio y la abogacía gozan de unas magníficas perspectivas de futuro.
2º.- ¿Cual es la cifra actual de colegiados y las previsiones para los próximos años?
El Colegio lo integramos actualmente más de seis mil colegiados, de los que 4.500 estamos en situación de ejercientes. Somos el cuarto de los Colegios de Abogados de España en número de colegiados e importancia, tras Madrid, Barcelona y Valencia. Afortunadamente en los últimos años se han estabilizado las nuevas incorporaciones, lo que es positivo, aún cuando el promedio sigue siendo de una incorporación cada día. Desgraciadamente España supera en mucho a los demás países europeos, encuanto a número de abogados por habitantes.
3º.- ¿Cómo valora el peso específico de su institución en Sevilla?
No cabe duda de que el Colegio de Abogados es una institución importante en Sevilla, como corresponde a la trascendencia social de la profesión. Desde el Colegio intentamos responder a las demandas de colaboración que recibimos de las demás instituciones sevillanas, pues somos conscientes de nuestra responsabilidad institucional con Sevilla.
4º.- ¿Cuál es la situación actual de la profesión de abogado?.
A pesar de los problemas que afectan a la profesión, los abogados logramos una valoración social ciertamente positiva. En los últimos sondeos de opinión la abogacía obtiene una valoración ciudadana de notable alto, muy por encima de las demás profesiones jurídicas. Pero el gran reto continúa siendo lograr que en España se regule el acceso a la profesión de abogado. Es incomprensible que seamos el único país de la Unión Europea donde la licenciatura en derecho basta para poder ejercer como abogado. Desde la Abogacía llevamos lustros reclamando esa regulación, que nos equipare al resto de Europa y que beneficiará fundamentalmente a la ciudadanía.
5º.- ¿Qué opinión le merece el Anteproyecto de Ley de Acceso que recientemente ha aprobado el Consejo de Ministros?.
Valoramos positivamente esa iniciativa, que venimos reclamando desde hace ya tantos años, pero el texto del Anteproyecto elaborado por el Ministerio de justicia es manifiestamente mejorable. Esperemos que el Gobierno no olvide esa iniciativa legislativa y haga suyas las observaciones que desde la Abogacía le hemos trasladado. La Ley de Acceso es hoy por hoy nuestra máxima prioridad.
6º.- ¿Es buena la asistencia que actualmente prestan los abogados? Sevilla siempre se ha distinguido por contar con una Abogacía de mucha calidad. La Abogacía se defiende institucionalmente desde el Colegio, pero se ejerce en cada despacho, que es donde se dignifica la profesión, al poner nuestros conocimientos al servicio de los clientes que depositan en nosotros su confianza.
7º.- ¿Está la mujer ya plenamente integrada en su profesión?.
Claro que sí. Actualmente un tercio de los abogados sevillanos son mujeres. Lógicamente, en términos de calidad profesional no puede diferenciarse entre mujeres y hombres. En Sevilla contamos con muy buenas abogadas. No obstante, en el Colegio nos preocupan las dificultades adicionales que encuentran las letradas por el hecho de ser mujer. Nos preocupa que para ellas continúe siendo especialmente dificil compatibilizar la vida profesional y familiar.

