Es cierto que existe una estrecha relación entre el arbolado y los ciudadanos. El árbol es un elemento extraño en la ciudad y sobrevive en un medio hostil. Hace algunos años me decía un conocido arquitecto sevillano que le gustaría que a los árboles se les tratara, al menos como a las farolas. Es cierto que hay poco respeto a este ser vivo que está en los parques y calles trabajando para nosotros, produciendo oxígeno para que podamos respirar.
En la foto podemos ver lo que queda de un Plátano centenario al que los ciudadanos le han dado el rango, el valor testimonial y escultórico, respetando su permanencia en este espacio urbano, como testigo de la historia.
El árbol está en un espacio público en la ciudad de Estambul en Turquía.