La fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, anunció ayer que pedirá al Juzgado de Guardia el internamiento involuntario en un centro psiquiátrico de Manuel Domínguez Castaño, el Loco, para que no se vuelvan a repetir unas agresiones a mujeres que, en tan sólo los primeros días de agosto, han provocado cuatro nuevas denuncias.
La Sección de Incapaces de la Fiscalía hispalense está investigando ya el caso del Loco, cuyas últimas actuaciones han generado una gran alarma social en los barrios de Los Remedios, Triana y en el centro de la ciudad. El Ministerio Público está recabando en estos momentos de los distintos hospitales y centros de salud el historial sanitario del individuo para, a continuación, solicitar al Juzgado de Guardia su internamiento involuntario, una vez que Manuel Domínguez sea examinado por los especialistas y se acredite que padece un trastorno mental.
El hecho de que la Policía haya confirmado que se han presentado cuatro nuevas denuncias entre los días 2 y 4 de agosto, hace sospechar a la Policía que el indigente, de 53 años, se encuentre en un brote psicótico de su enfermedad. En uno de estos casos denunciados recientemente, el loco no fue identificado en las fotografías que la Policía mostró a la víctima para acreditar la autoría de la agresión.
La mayoría de los hechos que ha cometido hasta el momento constituyen desde el punto de vista penal simples faltas contra las personas, y el Código Penal no contempla ninguna condena de prisión para la reiteración de estas conductas, ya que únicamente se considera delito la repetición de los hurtos y otras infracciones contra la propiedad. Por este motivo, ningún juez ha enviado a Manuel Domínguez Castaño a prisión pese a que ha sido detenido por la Policía Nacional en 38 ocasiones por este tipo de agresiones.
No obstante, en una de sus últimas fechorías, el pasado 26 de julio, la víctima sufrió una fractura de rótula, con lo que al precisar de un tratamiento médico, esta agresión constituye a efectos penales un delito de lesiones y no una falta contra las personas, pero a pesar de ello el sospechoso volvió a quedar en libertad provisional. Este es uno de los casos en los que la víctima, una mujer sexagenaria, ha resultado peor parada.
Que el individuo haya sido arrestado tantas veces no implica que el número de agresiones se corresponda con esa cifra porque ha actuado en muchas más, ya que en otras ocasiones simplemente las víctimas no han denunciado los hechos en las comisarías, como en el caso de la mujer embarazada que también resultó agredida la pasada semana. También es posible que varias denuncias hayan motivado una única detención y, una vez ante la autoridad judicial, se le haya interrogado por los distintos casos en los que haya sido implicado presuntamente.
La propia Policía admite que el hombre puede haber agredido a más de cien personas desde el año 1999, cuando se tiene constancia de su primer ataque. De hecho, otro ciudadano, Manuel Luque, aseguró ayer a este periódico que sorprendió al individuo después de destrozar los cristales de su furgoneta, en agosto de 2004, aunque el sospechoso logró huir. Una semana después, esta persona volvió a ver al indigente por la zona de Nervión y fue entonces cuando presenció la agresión a una mujer que, según el testimonio de este testigo, recibió un codazo.
La Policía ha realizado un perfil del modus operandi que emplea el enfermo. En líneas generales suele agredir a mujeres de todas las edades, salvo en una ocasión que atacó a un hombre y llegó a pincharle con un objeto punzante en la parte posterior del cuello.
No es habitual que la emprenda a golpes con menores. Casi siempre suele moverse por la zona de Los Remedios, Triana y el centro de la ciudad. Ayer mismo era posible verlo sentado plácidamente en la terraza de una heladería de la calle Reyes Católicos, desconocedor seguramente de las acciones que la Fiscalía ha emprendido para su internamiento involuntario y garantizar de esta forma la seguridad del resto de los ciudadanos.
También es asiduo del cercano ambulatorio de Marqués de la calle Paradas. Manuel Domínguez Castaño no tiene oficio conocido, duerme habitualmente en la calle y se alimenta de lo que encuentra en los cubos de basura. Sus fechorías han motivado que el jefe superior de Policía, Enrique Álvarez Riestra, haya remitido ese informe a la Fiscalía de Sevilla alertando de la peligrosidad potencial de este individuo.
"La Policía lo detiene cada vez que cuenta con una denuncia pero creo que tenemos que informar de que este hombre puede causar lesiones irreparables a alguna de sus víctimas", explicó ayer a Diario de Sevilla el máximo responsable de la Policía Nacional en Andalucía Occidental. Este escrito ha servido a la Fiscalía hispalense para iniciar los trámites para solicitar al Juzgado de Guardia el internamiento involuntario de este hombre, una medida que tiene ser autorizada antes por un médico especialista, en este caso un psiquiatra.