
José Joaquín Gallardo, decano del Colegio de Abogados de Sevilla: «En los últimos doce años me han hecho guiños políticos de todos los colores»
¿Después de las elecciones qué le diría al candidato Luís Romero que quiere organizar una asociación de abogados?
Al pronunciarse las urnas con tanta contundencia, todo ha quedado ya dicho. Los candidatos electos hemos recibido el mandato de velar por los intereses de la abogacía. Le aseguro que nos esforzaremos al máximo para no defraudar la confianza que tantos compañeros han depositado en nosotros.
¿Y al candidato Juan Mauduit?
Que sigue contando con mi mayor consideración y afecto como siempre. En el período electoral ha demostrado la elegancia y exquisitez propia de un buen abogado.
¿Han sido «un paseo» las elecciones dado los resultados?
Unas elecciones nunca son «paseo». Mi principal preocupación ha sido en todo momento que no se viese afectada la imagen pública del Colegio. Afortunadamente las elecciones han resultado modélicas. Lo que algún candidato haya podido decir de mí en nada me afectó y ya lo he olvidado.
¿Sinceramente se esperaba unos resultados como los obtenidos?
Confiábamos en ganar, pero me ha sorprendido gratamente el amplio respaldo que los compañeros nos han otorgado. Eso beneficia al Colegio.
¿Por qué votan tan pocos abogados, ni siquiera llega a uno de cada tres colegiados?
La realidad es que el índice de participación ha sido histórico desde los registros obtenidos hasta ahora. Nunca votaron tantos abogados. Han emitido su voto un 35 por ciento de los letrados ejercientes, más 150 no ejercientes, que tradicionalmente están menos involucrados en la vida colegial. Hemos batido el récord de participación también en relación con los otros grandes colegios de abogados españoles. Además, me consta que muchos compañeros no acudieron a votar por compromisos profesionales o personales e incluso porque confiaban en que se produciría el resultado que finalmente se logró.
Depués de unas elecciones a decano ¿qué más hay?
En mi caso sólo hay amor a la profesión, deseo de servir al colectivo, y predisposición para asumir la honrosa y pesada carga del Decanato. No tengo ninguna pretensión encubierta y mis compañeros lo saben. En estos doce años me hicieron guiños políticos de todos los colores, que siempre rechacé de inmediato. Soy abogado y lo tengo muy claro.
¿Será la última vez que se presente a Decano?
El futuro siempre está por escribir ahora sólo puedo decirle que en todo momento estaré al servicio de mis compañeros, aunque es bueno que las instituciones no se personalicen en exceso.
¿No son muchos años en el Colegio, más de dos décadas?
Los primeros 8 años fueron de intenso aprendizaje en la Secretaría colegial. Luego mis compañeros me eligieron Decano, más tarde me reeligieron por aclamación y ahora han vuelto a hacerlo en las urnas. Son los abogados quienes han contestado a su pregunta.
¿Cómo afronta el nuevo mandato y qué proyectos prepara?
Lo asumiré con mucha ilusión sabiendo que la experiencia ya adquirida puede ser muy útil para lograr objetivos más ambiciosos, fundamentalmente en el ámbito autonómico. Queremos mejorar la justicia gratuita, facilitar el acceso a la profesión a los más jóvenes, mejorar las condiciones de jubilación de los veteranos y lograr medidas «igualitarias» para las abogadas. Queremos también que todos los abogados andaluces tengan acceso a la sanidad pública.
¿Las relaciones con la Junta cómo son?
Institucionalmente son muy correctas, aunque debemos ampliarla a ámbitos distintos al de Justicia. Desde el Consejo Andaluz contactaremos con la Consejería de Igualdad para articular medidas que palien la discriminación fáctica que sufren las abogadas por el hecho de ser mujer. Con la Consejería de Salud tendremos que negociar la cobertura sanitaria pública para todos los abogados andaluces que aún no cuentan con ella.
¿Cuál es el principal problema del abogado sevillano?
Los letrados sevillanos tenemos los mismos problemas que nuestros compañeros del resto de España, agudizados por la notoria insuficiencia de dependencias judiciales que padecemos. La justicia española precisa importantes reformas estructurales, que deberían afrontarse desde un nuevo Pacto de Estado por la Justicia.
Recomendaría estudiar Derecho... ¿tiene salidas en Sevilla?
La licenciatura en Derecho resulta de bastante utilidad y posibilita múltiples salidas profesionales. Pero ser abogado es una profesión, que exige una preparación específica tras la licenciatura y además unas cualidades personales. No es fácil llegar a ser abogado.
Está masificada la profesión ¿no son muchos 6.000 letrados?
El grave problema de la masificación sólo comenzará a resolverse cuando entre en vigor Ley de Acceso a la Abogacía, que afortunadamente se publicará en el BOE en unas semanas, tras años de reivindicación desde la abogacía institucional.
¿Qué prestigio diría da ser abogado en la actualidad?
El prestigio de la abogacía lo logran los propios abogados cada día, al ejercer dignamente esta difícil y apasionante profesión. Ese prestigio se institucionaliza en el Colegio de Abogados.
¿Un buen abogado se hace o se nace?
El buen abogado ha de ser básicamente una buena persona, con valores sociales claramente asumidos. Sobre ellos se fundamentan luego los conocimientos jurídicos y la profesionalidad.
¿Dígame el nombre del mejor abogado sevillano de todo los tiempos?
Quien lo haya sido no querría que citase su nombre. Los buenos abogados nunca presumen de serlo. Sevilla es y ha sido siempre tierra de magníficos letrados.
En cuanto a los medios judiciales ¿cree que verá alguna vez la Ciudad de la Justicia, o es tan largo el «asunto» como un caso judicial?
La Ciudad de la Justicia se está convirtiendo en una pesadilla para Sevilla. Es urgente buscar soluciones alternativas para las indignas instalaciones judiciales que actualmente padecemos. Sevilla se merece mejor trato en materia de justicia.
TEXTO: JAVIER RONDA

