El Rey de España inauguró la segunda edición de la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla (BIACS), cuya exposición contiene numerosas obras comprometidas con los conflictos que tensionan el mundo actual y con numerosas referencias a la guerra, al hambre y a las fronteras.
Don Juan Carlos llegó a las puertas del antiguo Monasterio de la Cartuja acompañado por el presidente de la Junta, Manuel Chaves, las ministras de Cultura, Carmen Calvo, y de Fomento, Magdalena Alvarez, y el alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín, entre otras autoridades.
El director artístico de la Bienal, Okwui Enwezor, y el director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), José Lebrero, le aguardaban a las puertas de la iglesia del antiguo monasterio, donde empieza la exposición de obras de la BIACS, y donde Enwezor le comentó algunas de las obras de esta exposición, que agrupa unas cuatrocientas de 91 artistas o colectivos de 35 países distintos, y que podrá visitarse hasta la primera semana de enero.
El Rey recorrió todas las salas de exposición del CAAC, ahora ocupadas por la muestra de la BIACS, y el llamado patio del claustrón, para el que el argentino Fabian Marcaccio, que trabaja en Nueva York, ha hecho una especie de mapa en bajorrelieve, de grandes dimensiones y que trata de reflejar las guerras y los conflictos que afligen al Planeta.
Este mapa se puede pisar y hoy acumulaba en charcos el agua de la lluvia, si bien nadie de la comitiva lo pisó, tal vez para evitar los malentendidos que suelen ser frecuentes en estas exposiciones de arte contemporáneo.
Hoy mismo un militar de uniforme se apoyó para escribir en una tarjeta de visita en uno de los palanquines - denominados "Carrying"- - del artista andaluz Pepe Espaliú, por lo que una funcionaria del CAAC le ofreció al militar su espalda para escribir, cosa que rehusó, para apoyarse en una de las bancas en que los visitantes pueden reposar durante el recorrido.
Como susceptible de polémica, numerosos visitantes comentaron esta mañana una "vitrina" sin título de la artista Josephine Meckseper, en la que la parte de un maniquí correspondiente a las
caderas luce, de espaldas, unas bragas blancas de encaje transparente de las que pende una pequeña cruz, y bajo lo cual hay una figura pequeña de un nazareno de los que salen en procesión en Semana Santa, entre otros elementos.
En el puente de la Cartuja, que conecta la zona del monasterio con la ciudad, se ha hecho una actuación de la BIACS consistente en la colocación de docenas de banderas que, en blanco y negro, muestran las caras de niños famélicos, heridos o abandonados y, otras, un billete de dólar, que ya avisa del eje argumental de las obras de la Bienal.
Entre otras, el Rey ha visto hoy pinturas de Toba Kheedori, de Absalon, una foto de James Casebere, una instalación de Liz Larner a base de formas humanas suspendidas del techo y confeccionadas con trozos de espejo, y una serie de dibujos y esculturas pintadas de Kim Jones, de 1980, si bien la mayor parte de las obras de la exposición han sido confeccionadas expresamente para los espacios de la BIACS.