Un cerrado aplauso despidió los restos mortales del soldado Germán Pérez Burgos, asesinado en Afganistán, inmediatamente antes de que el féretro que contenía su cadáver fuese introducido en el crematorio del cementerio de San Fernando, adonde llegó poco antes de las diez de la mañana a hombros de sus compañeros de las cuadrillas de costaleros de las hermandades de Santa Cruz y Los Negritos, a las que pertenecía.
Más de un centenar de personas, en su mayor parte jóvenes amigos del fallecido, arroparon a la familia de Germán y en especial a Esperanza, su viuda, desde que el cortejo se puso en marcha desde el cercano Tanatorio. Fueron esos mismos amigos y hermanos costaleros los que, de alguna manera, forzaron un último cambio en el protocolo previsto, ya que inicialmente se había dispuesto realizar el traslado del cadáver en un coche fúnebre. Al final fueron los costaleros, escoltados por un piquete de la Brigada Paracaidista de Paracuellos del Jarama, a la que pertenecía el joven asesinado, los que cubrieron los poco más de cien metros que separan el Tanatorio del Camposanto, donde el féretro, envuelto en la Bandera de España, sobre la que campeaba la gorra de caballero legionario paracaidista de Germán, fue entregado a un piquete de honores formado por soldados pertenecientes al Regimiento de Artillería Antiaérea 74, con base en la base sevillana de El Copero. Fueron estos mismos soldados los que, a paso lento, cubrieron el último trayecto hasta el interior del cementerio. Previamente, un piquete del mismo regimiento realizó una descarga de fusilería como salva de honor.
A las puertas del camposanto esperaron la llegada del féretro distintas autoridades, entre ellas el teniente general jefe de la Fuerza Terrestre, Virgilio Sañudo; el delegado del Gobierno, Juan José López Garzón, y el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín. Asimismo estuvieron presentes el delegado de Gobernación de la Junta de Andalucía, Demetrio Pérez; las concejalas Nieves Hernández y Eva Patricia Bueno, delegadas, respectivamente, de Convivencia y Seguridad, y Macarena Norte, y el portavoz del PP en el Ayuntamiento, Juan Ignacio Zoido.
Una vez en el interior, la comitiva se dirigió al crematorio, ante cuya puerta el general Sañudo entregó a la viuda del soldado la bandera que había cubierto el féretro hasta ese momento, enseña que Esperanza Yruela, rota entonces en llanto incontenible, sumó a la que durante todo el recorrido desde el Tanatorio llevó apretada contra su pecho.