Todos sus hijos han estado junto a ella en los que han sido sus últimos días de vida. Cuando doña Juana ingresaba en el hospital Santiago Ramón y Cajal de Madrid - el pasado 18 de noviembre- ellos ya eran conscientes de la gravedad del estado de salud de la matriarca de los Ortega Cano. Esta mañana, a las siete y media, la madre del torero fallecía después de más de dos semanas hospitalizada. Sus restos mortales se trasladarán esta misma mañana al tanatorio de Tres Cantos.
José Ortega Cano, que vive habitualmente en Sevilla, se trasladó a Madrid en cuanto su madre fue hospitalizada y ha sido el hermano que peor ha sobrellevado peor estos días de incertidumbre. Su hermanos Eugenio y Mari Carmen, más serenos, eran quienes día a día de esta dura semana daban noticias del estado de salud de su madre. Por ellos supimos que doña Juana permanecía intubada, sedada y con respiración asistida mientras se esperaba su recuperación.
Aunque la esperanza es lo último que se pierde decían los hermanos del torero- su estado nos hace pensar en un triste final. Mari Carmen tenía fuerzas para agradecer el apoyo y el interés que amigos y familiares habían demostrado por la familia y añadía que su hermano Jose estaba muy nervioso.
Durante estos días en la clínica, no ha faltado la visita del cuñado del torero, Amador Mohedano que estuvo con su mujer, Rosa Benito. Rocío Carrasco prefirió no ser vista a su llegada al hospital, sin embargo estuvo junto a Jose consciente de lo importante que era para el torero recibir el apoyo de toda la familia.
El pasado día 23, el diestro, en una de sus escasas declaraciones sobre el estado de salud de su madre, confesaba a las puertas del hospital: "Su afección coronaria se le ha complicado con un enfriamiento del pecho. Parece mentira que el pasado domingo estuviéramos todos juntos comiendo con ella, riéndonos y ahora estemos en esta situación".
ENTIERRO.
La familia de Juana Cano volvía esta mañana al tanatorio de la Paz, en Tres Cantos, para asistir al responso privado que se ofició antes de que los restos mortales salieran hacia el cementerio municipal de San Sebastián de los Reyes.
Doña Juana, como la conocían sus vecinos, ha recibido sepultura en el nicho en el que también descansa su marido, Francisco Ortega, al que sus conocidos llamaban "el señor Paco". El cementerio municipal de San Sebastián de los Reyes se encuentra muy cerca de la plaza de toros de la localidad y también muy cerca de la que era la casa de doña Juana, la casa de soltero de José Ortega Cano en la que vivió hasta que contrajo matrimonio con Rocío Jurado. La familia ha querido formar un cortejo fúnebre desde la residencia familiar. El coche fúnebre con el féretro ha ido desde el tanatorio hasta la casa en la que vivió doña Juana, donde se ha iniciado el cortejo.
Un coche que transportaba las coronas enviadas precedía al coche fúnebre tras el que caminaban los familiares, encabezado por José Ortega Cano y su hermana menor, Mari Carmen. En el cementerio les esperaban numerosos familiares y amigos, como Marilí Coll o el torero Paco Alcalde.
Misa oficiada por el sacerdote que casó a Rocío y Ortega Cano
De nuevo, el diestro volvió a vestir de riguroso luto, abrigo, traje, camisa y corbata negras, tal y como llevaba en los meses siguientes al fallecimiento de su esposa. El torero ha estado acompañado de sus hermanos, Paco, Eugenio, Concha y Mari Carmen, y tampoco ha faltado el recuerdo de sus compañeros de profesión. Victoriano Valencia, que fue su apoderado, estuvo ayer en el tanatorio acompañando a la familia. Entre la coronas enviadas al cementerio no ha faltado la suya. Enrique Ponce y Paloma Cuevas también han hecho llegar una corona de su parte. Quizás la más emotiva ha sido la de la única tataranieta de doña Juana, de sólo un año, cuyo bautizo debía haberse celebrado estas pasadas semanas y que se aplazó a causa del ingreso hospitalario de su tatarabuela.
Los dos hijos del diestro, José Fernando y Gloria Camila, han estado estos días en Sevilla y ayer su padre decidió no comunicarles todavía la fatal noticia. José recordaba a su salida del tanatorio: Era un referente para todos nosotros, no sólo para los hijos, sino también para los nietos, los bisnietos e incluso para la tataranieta. Mis hijos, antes de conocer a su abuela, ya la querían muchísimo para ellos. Era muy importante la figura de la abuela Juana. Estoy triste porque ella se ha ido pero también muy contento por la respuesta a una persona sencilla, noble y trabajadora.
Rocío Carrasco y Fidel Albiac acompañaron a la familia durante todo el día de ayer, y hoy han vuelto a estar con la familia Ortega Cano formando una piña en tan dolorosos momentos. Los dos hermanos de Rocío Jurado, Gloria que vive en Sevilla- y Amador, acudieron acompañados de sus respectivos cónyuges demostrando que la familia continúa tan unida como en vida de la más grande.