El pasado 1 de junio se cumplía el segundo aniversario de la muerte de Rocío Jurado. José Ortega Cano que había salido dos días antes de la clínica sevillana en la que permaneció ingresado una semana, no quiso faltar a su cita con Chipiona en compañía de sus hijos, José Fernando y Gloria Camila.
El torero que sigue sometiéndose diariamente a las curas por el absceso del que fue intervenido viajó desde su finca junto a sus hijos para rezar ante la tumba y depositar una corona de flores con forma de corazón. También hubo un recuerdo para el fiel Juan de la Rosa y Gloria depositó junto a su lápida dos claveles blancos. Después el diestro acudió al Pinar para escuchar misa junto al alcalde de la localidad, Manuel García y recibió numerosas muestras de faceto de los chipioneros.
ENTREVISTA
¿Cómo se encuentra de la operación a la que se sometió hace una semana?
- todavía estoy sometiéndome a las curas pero llevo un par de días más animados porque el mes de mayo ha sido duro
Hoy es un día especial para usted
- Sí, es un día agridulce, aunque hayan pasado dos años no puedes adaptarte a estar sin Rocío. Ella ocupaba un espacio tan grande, tan grande que es muy difícil llenar. Ella como artista era fuente de creatividad, como madre, como hija, como esposa, como madre también tenía valores tremendos. En el escenario era un estrellón y en casa y con los amigos eran sencillísima
¿Dónde se encuentra mejor pensando en ella?
- El mejor sitio para recordarla es la ermita, allí tenemos muy buenos momentos compartidos, solos y con los amigos. Recordar como ella cantaba la salve, la salve chipionera, la salve rociera. El mejor sitio para no sentirme mal es la ermita
Tus hijos están dándote un gran apoyo
- Ellos son niños pero son muy cariñosos
¿Por qué no ha venido también Rocío Carrasco?
- Yo no quiero entrara en nada, no habrá podido, quizás venga otro día
¿Cómo se encuentra ella?
- Cada uno siente las cosas de una manera y yo respeto mucho a todo el mundo