El estudiante Felipe Velásquez, de la Universidad Pablo de Olavide, trabaja actualmente en el desarrollo de La Papaya, una red social virtual (www.lapapaya.org) que aspira a servir de punto de encuentro donde las personas ofrezcan tiempo o conocimientos a cambio de ayuda para llevar a cabo una idea, generando una mayor conciencia social y ambiental. Este proyecto, ganador del segundo premio del II Concurso de Ideas Empresariales Innovadoras de la UPO, está compuesto además por una ONG dedicada a la investigación en torno a modelos de economía social, que busca equilibrar las diferencias entre el primer y el tercer mundo.
La premisa básica de La Papaya es generar conciencia sobre la importancia de unirse para construir un mundo mejor y lograr la sostenibilidad. Según comenta el responsable de esta iniciativa, la idea es que tú expongas un sueño, algo que quieras realizar, y a la vez ofrezcas un intercambio en horas de tiempo, conocimiento, etcétera. A partir de ahí, la red social virtual sirve para entrar en contacto con personas que puedan ayudar a alcanzar el objetivo marcado, generando una economía solidaria basada en el trueque. Compartimos principalmente contactos, archivos de información y lo más importante: quienes responden al otro lado no son máquinas, sino personas con sentimientos y calidez, apunta el emprendedor.
El proyecto La Papaya dio sus primeros pasos a finales de 2007 y, pese a que la red social funciona en Internet de forma provisional, se encuentra actualmente trabajando en la elaboración de una nueva página web, más completa y con más opciones para sus usuarios. En este sentido, se está construyendo el nuevo espacio usando software libre. Para registrarse en este espacio virtual de intercambio, el usuario empieza invitando a tres personas a sumarse a la iniciativa, de forma que la comunidad crezca de forma exponencial. Tras la presentación y exposición del sueño o idea que se quiere alcanzar, se empieza a trabajar en ella con los más de 500 usuarios que participan hoy en el proyecto.
En general, las acciones puestas en funcionamiento a través de esta plataforma engloban multitud de temas (cultura, diseño, ecología, activismo social), todos enmarcados en tres grupos de trabajo. El primero abarca aquellas iniciativas que se puedan encajar en el desarrollo personal de los usuarios, centrándose en los aspectos de trabajo corporal, emocional y cognitivo. Por otro lado, el apartado de trabajo social abre un espacio para exponer proyectos y compartirlos con otras personas. Esta área aspira a tocar temas importantes como la memoria histórica o cuestiones de identidad y sentido de pertenencia. En último lugar se encuentra el desarrollo sostenible, una sección donde poner en práctica modelos sostenibles de desarrollo, desde un enfoque profesional.
Vivienda social en Colombia
Una de las iniciativas más interesantes puestas en marcha en el seno de La Papaya es la promovida por el constructor Elmer Restrepo, de Construrrespo, y el diseño de los arquitectos Andrés Pérez y Felipe Velásquez. Se trata de El amor de mi Sabana, un proyecto de desarrollo de vivienda social en la zona de Sucre, al norte de Colombia, con un marcado sentido social y medioambiental. De esta forma, en las seis hectáreas de terreno se elevarán 450 viviendas rodeadas de una urbanización donde priman las vías peatonales y para uso de bicicleta, además de un circuito interno con puntos verdes para el manejo de basuras orgánicas, con lombricultivos y espacios para el compostaje.
Para este proyecto, se han diseñado dos tipos de vivienda. La primera, destinada al desarrollo sostenible, está pensada para la producción de alimento para la comunidad. Para ello cuenta con un mayor abastecimiento de aguas pluviales procedentes de las cubiertas de las casas, y posee un espacio más amplio para el cultivo mediante máquinas. Una segunda categoría de vivienda, por el contrario, contaría con zonas especializadas en la comercialización de productos artesanales o la preparación y empaque de los alimentos producidos por sus vecinos. En esta línea, la iniciativa está diseñada para que por cada seis casas se abra un espacio interno de trabajo en las manzanas, que permita acumular las producciones y organizar su distribución.
La red social tiene gran relevancia en El amor de mi Sabana a la hora de identificar perfiles psicológicos de los habitantes del proyecto, cara a ubicarlos atendiendo a su función en la comunidad. Por otro lado, la red social alojará proyectos educativos funcionales que serán desarrollados por los miembros de la comunidad, quienes recibirán durante sus inicios asesoramiento por parte de los promotores para que adquieran los conocimientos suficientes para administrar y llevar autónomamente el proyecto.