
El profesor de Cine Español Contemporáneo de la Universidad de Sevilla José María Claver ha afirmado hoy que la Guerra Civil española es el primer gran conflicto mediático a nivel mundial al utilizarse de manera general la propaganda en ambos bandos. De esta manera, a pesar de ser un conflicto local, intervinieron en el mismo las grandes potencias fascistas a favor de Franco, como Italia o Alemania e Italia, así como la Unión Soviética en apoyo de la República. Dichos países utilizaron sus medios de propaganda para difundir mensajes a favor o en contra de los combatientes. Además, hay potencias neutrales que también aportaron su punto de vista de la guerra. Claver ha realizado estas declaraciones en el transcurso del seminario El cine como narrador y como instrumento directo de compromiso social, que organiza el Centro Olavide en Carmona en colaboración con el colectivo Universidad y Compromiso Social, la Diputación de Sevilla y Cajasol. En dicho curso, el profesor ha impartido la conferencia Cine y justificación del poder: Fascismo y antifascismo en el cine italiano. De arma propagandística a instrumento crítico. Según ha asegurado José María Claver, frente a un conflicto internacional como la guerra civil española, los países fascistas apoyaron en sus noticiarios a Franco, mientras que los de la Unión Soviética lo hicieron a favor de la República: Cada bloque aportó su propia imagen de la guerra. Por lo tanto, el cine no fue sólo un instrumento de información, sino de propaganda y de justificación del poder y cada bando lo utilizó a su favor. Todos ellos dieron su visión sobre el conflicto, explica. Las grandes ciudades, que era donde estaban las productoras, quedaron en manos republicanas, mientras que Franco creó unos cauces de expresión, apoyados fundamentalmente en compañías privadas para colaborar activamente a favor de la España franquista. Cifesa, que era una compañía privada valenciana, se desplazó a Sevilla para crear un gran centro provisional que distribuyera la propaganda franquista. Todo ello culminó en el año 1938 cuando Franco, siguiendo el modelo italiano, creó un medio estatal para controlar la propaganda en la zona sublevada, que se denominó Departamento Nacional de Cinematografía, que dependía del Ministerio del Interior. Precisamente desde ahí es donde se va a canalizar toda la propaganda franquista, a través de una serie de documentales. Según el profesor, a nivel internacional, tanto alemanes como italianos a través de sus noticiarios ayudaron activamente a Franco a lograr una opinión positiva sobre él, porque la batalla no sólo se libró a nivel militar entre las dos Españas. La imagen que proyectaron de los republicanos es de revolucionarios, de gente que persigue a la Iglesia presentando al enemigo como bárbaro y al régimen de Franco como civilizador. De esta manera, colaboraron activamente en ganar esa batalla internacional desde el punto de vista de la opinión pública. Además, el cine se convirtió no sólo en un modelo de información y propaganda, sino en un medio para difundir valores, creencias y modelos de comportamiento de la propia población española bajo el régimen de Franco. Desde el principio, el cine italiano y alemán, a través de sus propios modelos de propaganda, exaltaron al líder e inculcaron modelos de comportamiento frente al dictador: Grandes desfiles y coreografías de personas entusiastas al régimen. Esto mismo va a ser imitado por el régimen de Franco, lo que veremos en manifestaciones como en la Plaza de Oriente. Precisamente, el profesor José María Claver acaba de publicar un libro: La pantalla nacional. El cine de la Italia fascista en la Guerra Civil, publicado por la editorial Quiasmo. Es un acercamiento a lo que se vio en las pantallas de la España de Franco. En este caso, el estudio comprende las películas italianas que se proyectaron en todas las capitales de la España sublevada para difunder los valores del fascismo entre los españoles.

