En un anterior trabajo reseñábamos el intento de 400 familias chipioneras de emigrar a La República Argentina ante la grave crisis económica que se padecía a principios del Siglo XX que se traducía en hambre y paro. Ver El Pobrecito Hablador de fecha 11 de noviembre de 2010, http://saidito.blogspot.com/2010/11/400-familias-chipioneras-intentaron.html En esta ocasión vamos a profundizar más en el fenómeno desde el punto de vista económico y social que se agudizó en febrero 1915 .Para fundamentar esa reseña basta con recordar la visita que hizo a las sociedades de obreros viticultores el líder sindicalista trebujenero José Cabral Beato, Joselillo el Vazque(*) a principios de 1915 a las ciudades de Sanlúcar de Barrameda, Chipiona, Rota, Puerto de Santa María y Jerez. J osé Cabral visitó estas localidades en representación del Centro Instructivo de Obreros del Campo y tras ello plasmó sus impresiones en el periódico La Idea el 18 de febrero del citado año. De este periódico extractamos la narración que exclusivamente refiere a Chipiona y que no tiene desperdicio. Cabral la titula Impresiones de un viaje.
En aquella época el alcalde de la villa era Antonio Caballero y Ruiz, quien había sido nombrado el 30/03/1895 y prolongó su mandato hasta 1917. ( .) Celebramos el mitin, que tuvo gran importancia, y al siguiente día, acompañado de los compañeros Francisco Guerra y Eusebio Gutiérrez, de Sanlúcar, marchamos a la villa de Chipiona. El día estaba lluvioso; el huracanado viento del Sur que reinaba, hacía desaparecer las espirales que formaba el humo de la locomotora.
Llegamos a Chipiona; y al llegar, nosotros que estamos acostumbrados a vivir en la privación y en la miseria, no tuvimos por menos que experimentar una terrible sensación de dolor y de amargura. La grave crisis porque atraviesa España entera y singularmente esta región, tiene en la citada villa caracteres de positiva gravedad. La falta de pan y de abrigo, unidas a la tiranía caciquil que en ella existe, hace que sus laboriosos y honrados obreros presenten en sus demacrados rostros la huella de los más agudos sentimientos.
Hacer una descripción de las miserias que presenciamos, sería tarea harto difícil, pues no encontraríamos frases como no fuesen de maldición. El odioso y execrable caciquismo que padece Chipiona, causa directa del abandono del pueblo en el uso del derecho político-social, es de lo más abominable y asqueroso. Cual si la fuerza pública no tuviera más elevada misión que cumplir, el caciquismo la emplea exclusivamente en molestar a los obreros asociados, particularmente a los de la Junta Directiva, sin tener para nada en cuenta que alguien ha dicho, que de la tiranía de los de arriba, nace la rebeldía de los de abajo. Y cuando nosotros, al escuchar sus quejas, procurábamos señalarles el camino que deben de seguir para librarse de la odiosa tutela caciquil, aquellos obreros escuchaban nuestras palabras con esa glacial y fría indiferencia del hombre, que pierde toda esperanza de redención mediante el ejercicio del derecho.
En otro artículo nos ocuparemos de la conducta de aquellas autoridades, que no parece si no que tienen el deliberado propósito de ocasionar a los vecinos de tan pacífica y honrada villa, días de tristeza y amargura. Pero entre tanto hemos de advertirles a aquellos obreros, que es preciso tengan la constancia y valentía que exige la defensa de sus más sagrados derechos, no dejándose dominar por los ciervos del caciquismo, y que cuando llegue la ocasión se presten todos a luchar como un solo hombre, hasta conseguir arrojarlos de los cargos que ocupan y en cuya posesión no cometen más que injusticias y atropellos.
Sí, compañeros; es preciso, indispensable, que luchéis contra los manejos y artimañas del caciquismo, fuente de donde emanan todas vuestras tiranías; hay que abandonar el miedo que os empequeñece y esclaviza; hay, en fin, que luchar con denuedo y valentía, asistidos de la razón y de la justicia, hasta hacer que vuestros derechos sean respetados por los que siempre fueron vuestros tiranos y explotadores. José Cabral Beato Trebujena 18 de febrero 1915
Como podrán comprobar los lectores por el testimonio de José Cabral, la situación era bastante calamitosa. De un pueblo que según el censo de 1910 tenía 4.542 habitantes y de los cuales más de 2.000 obreros eran parados, no se podía esperar nada halagüeño. En comparación demasiado bien se comportaron los indigentes ante la grave situación que padecían. Ello era corroborado por numerosas noticias aparecidas en toda la prensa española a lo largo del mes de febrero de 1915 y de las que entresacamos las más llamativas.
Así El Correo del Norte (Diario Regional Tradicionalista) de San Sebastián, con fecha de 15 de febrero de 1915(nada sospechoso de ser de izquierdas) titula en portada la noticia del conflicto obrero en Chipiona: Telegrafían de Sanlúcar que se acentúa la gravedad de la crisis obrera en Chipiona. Los obreros imploran la caridad pública. El alcalde gestiona inútilmente socorros del gobernador y de los diputados a Cortes y provinciales. Los ánimos están muy exaltados y se temen disturbios. Con tal motivo han salido para Chipiona fuerzas de la Guardia Civil, al mando del teniente Pando.
El convento de los franciscanos reparte diariamente cien raciones, cantidad escasísima con relación al número de necesitados. El Ayuntamiento se ha reunido para tratar una de las mayores calamidades que pesan sobre Chipiona. Ayer murió de hambre una mujer que llevaba tres días sin tomar alimentos. Es tal el hambre en Chipiona, que un grupo de obreros sin trabajo se dirigió hoy a un pinar público y cortó una veintena de pinos para vender la leña y poder comer. La benemérita custodia el pinar. PASAN DE 2.000 LOS OBREROS PARADOS. Ha marchado a Chipiona toda la Guardia Civil que había en ésta, llamada por el alcalde ante el temor de que surjan desórdenes, pues los grupos de obreros famélicos recorren las calles en actitud levantisca. La población obrera de Chipiona está desesperada ante la grave situación que atraviesa por la carencia de trabajo y la carestía de las subsistencias.
Ya el diario ABC había advertido el 13 de febrero que: El ayuntamiento no solo no puede atender esta calamidad, sino que carece de recursos para pagar a sus empleados Muchos pequeños propietarios carecen de dinero para labrar sus tierras. El mismo diario con fecha día 15 Relata el malestar en los obreros que se extiende a los propietarios quienes sufren grandes perjuicios por no haber vendido la cosecha de vino. En la misma se anuncia la venida de más fuerzas de la Guardia Civil para reprimir los desórdenes.
Posteriormente el 19 de febrero es La Vanguardia quien recoge que, se ha verificado hoy en Chipiona una manifestación de obreros desocupados, en la que figuraba a la cabeza el cura-párroco, con objeto de pedir socorro para los hambrientos. Hoy han sido socorridos cuatrocientos. La situación de la población es insostenible. El ministro de Fomento ofreció 1000 pesetas pero no las ha enviado.
Este mismo día en la revista ESPAÑA se reseña que en Chipiona grupos de menesterosos recorren las calles en actitud levantisca. Para colmo una epidemia de gripe azotó Chipiona y los franciscanos ayudaron a la combatirla, mientras además diariamente repartían comidas. Visto este panorama, que era extensible a gran parte de España, no es de extrañar que en 1931 adviniese la II República Española. Ésta intentó solucionar en pocos años un mal de siglos y el proyecto se le escapó de las manos por defectos propios y por la oposición de la derecha más dura y caciquil.
(*)José Cabral Beato "Joselillo el Vázque"
Fotografía de José Cabral Beato sacada de su propia cartera la cual fue encontrada, entre otras pertenencias, en el hueco dónde su hija Josefa la guardó para eludir la censura y la destrucción por la dictadura franquista. José Cabral Beato, más conocido como Joselillo el Vázque, nace el 3 de marzo de 1888 en la villa de Trebujena, en la provincia de Cádiz. Fue el mayor de seis hermanos. Vivía en la choza existente en una finca que su padre llevaba a rentas cerca del cortijo de El corredero. Nunca fue a la escuela por lo que tuvo que aprender a leer mientras siendo un niño trabajaba cuidando cerdos. Casado con Josefa Oliveros Garrido, vivía en frente de la Ermita de Palomares, en el número 8 de la calle Ciprés, junto con sus dos hijas, Josefa Cabral Oliveros y Francisca Cabral Oliveros, y su hijo, Francisco Cabral Oliveros.
Fue concejal del Ayuntamiento (a sus 27 años) en los momentos que existió libertad democrática, y estuvo también al frente de la casa común de los trabajadores, del Centro Instructivo de Obreros del Campo. También fue Delegado Regional de la UGT (Sevilla, Cádiz, Málaga y Huelva). Se educó, políticamente, en la rebotica de D. Francisco Carrasco de la Saga.
Al principio perteneció al republicanismo de Lerroux, quién le ofreció un puesto de Gobernador Civil de Cádiz, pero dejó esta tendencia pasándose a la de Manuel Azaña, ya que el primero se había inclinado a la derecha. Fue la persona que mejor pudo encarnar el arquetipo de jornalero del campo pertinaz autodidacta, que logra alcanzar una vasta formación cultural que le permite mirar sin complejos de inferioridad a los señores del Marco de Jerez. Su apodo, Joselillo el Vázque, todavía hoy en el pueblo es sinónimo de líder obrero y mente privilegiada. Escribió artículos para numerosos periódicos de la época.
Falleció de asfixia por inmersión en el Pozo de la Noria el día 29 de agosto de 1936, lugar en el que prefirió morir antes de sufrir las torturas y vejaciones que los fascistas del pueblo estaban cometiendo con otros paisanos correligionarios
CENTRO INSTRUCTIVO DE OBREROS DEL CAMPO (CIOC) El Centro Instructivo de Obreros del Campo se encontraba ubicado donde hoy en día se encuentra la Biblioteca Municipal. Entre sus objetivos estaba elevar el nivel cultural y alfabetizar y documentar a sus afiliados, ya que eran conscientes de la importancia que tenía la cultura para la lucha del proletariado. De aquí saldrán buena parte de los regidores municipales que van a marcar la política local. Fuentes: -Blog de José Cabral -ABC -La Vanguardia -El Correo del Norte -Revista España -Elaboración propia