Novak Djokovic se llevó el Open de Australia venciendo a Nadal en un partido que duró más de 5 horas, un record para una final de un Grand Slam. Ambos jugadores dieron un recital de tenis, pero finalmente el serbio consiguió seguir con su buena racha frente al de Manacor.
Como bien dijo 'Nole' tras el partido: 'es una pena que no pueda haber dos ganadores'. Esas palabras definen a la perfección lo vivido en la Rod Laver de Melbourne, donde Rafa Nadal empezó adjudicándose el primer set tras algo más de una hora, lo que ya auguraba que la final iba a dar para mucho. Tras el primer set, despertó el buen tenis y el buen momento del serbio, el cual firmó un 2011 de ensueño y parece que no va a bajar la guardia en 2012.
Tras el 6-4 del segundo set favorable a Djokovic, Nadal siguió en su intento por frenar los golpes imposibles de su rival, usando el revés cortado que en muchas ocasiones no conseguían sobrepasar la red. Eso le llevó al número uno del mundo a ponerse arriba en número de set, concretamente 2-1 tras cerrar el tercero con un contundente 6-2 que hacía pensar que se repetiría el mismo guión que ambos genios del tenis siguieron la temporada pasada.
Pero Rafa Nadal ha demostrado durante toda su brillante carrera que sobre una pista de tenis tiene más vidas que un gato. Cuando todos daban a 'Nole' campeón, resurgió el mejor Rafa, quien a pesar de llevarse el cuarto set con un trepidante tie-break, cayó en el quinto y definitivo set. Ni el más grande puede con el tenista del momento, un Djokovic que, desde hace ya un tiempo, ha cogido el relevo generacional de Roger Federer para tratar de hacer la carrera de Nadal más trascendente.
El siguiente Grand Slam será Roland Garros, el cual tendrá lugar a finales de mayo en Paris. Nadal consiguió el año pasado su sexto título, igualando así a una leyenda del tenis como Björn Borg.