Tras un par de años y varios trámites y litigios normativos, de nuevo ha
abierto el mítico chiringuito en la misma zona donde estaba anteriormente
instalado junto al Faro, aquí, en Chipiona. Vuelve con un nuevo diseño,
según requesitos de la Ley de Costas, pero con el mismo olor a sardinas a
orillas del mar, su ambiente festivo y alegre, y sobretodo, la misma
atención al cliente. Los fieles clientes al enterarse de la reapertura, no
han dudado en volver y han demostrado sus satisfacciones y enhorabuena por
el emotivo reencuentro. Asimismo, después de que el legendario chiringuito
forme parte de la historia de la hostelería chipionera, también contribuye
con un granito de arena al empleo local veraniego, ya que los/as
camareros/as y cocineros/as se benefician de un soporte económico. No
obstante, ya han habido quejas colindantes de que el establecimiento sigue
dando "mala imagen al contorno panorámico del Faro."