Hace tiempo que escribí en poesía un caso curioso que me pasó. Compuse unos
versos dedicados a la Virgen por no poder verla en la calle cada el 8 de
Septiembre. Lo llevé al Santuario y salió en prensa, quedando la poesía con
su marco colgado en el Camerin. Cuando la primera vez que ví a la Virgen de
Regla en la calle, misteriosamente desapareció el cuadro de la poesía sin
saber hasta ahora, dónde pudiera estar. En este día especial, publico la
poesía completa:
Entre una flor y una vid,/
no hay mujer más marinera/
y asombrosa en su Santuario/
como es la Virgen de Regla./
Hasta las gaviotas vienen/
y en el Santuario La esperan/
y La llevan por Chipiona/
que La tienen por Gran Dueña./
Los ruiseñores le traen/
jazmines para que aún huela,/
Septiembre llegando triste,/
pero alegre si sale Ella;/
pero una pena hay en mi alma,/
que Verla yo ya quisiera/
y no puedo, aunque le rezo/
y La tengo en mi poema.../
Feligreses esperando/
momentos de gloria en la acera/
y al pasar, lágrimas caen/
emotivas y así me llena./
Desapareció en los versos,/
pero no de mi poema./
¡Oh, es Ocho de Septiembre,/
hoy La Veo desde una acera!/
¡Qué entre la flor y unas olas,/
no hay Virgen más chipionera/
y Morenita entrañable,/
como es la Virgen de Regla!

Sevilla, Septiembre de 1992

Manuel Torrejón Vega