El Hogar Navarro en Sevilla celebra el comienzo de las fiestas de San Fermín o Sanfermines lanzando el tradicional cohete y degustando una caldereta bardenero, unos pimientos del piquillo y una exquisita chistorra.
Las Fiestas de San Fermín popularmente conocida es una festividad de interés Turístico Internacional en honor a San Fermín de Amies que se realiza anualmente, en la ciudad española de Pamplona capital de Navarra. Los festejos comienzan con el lanzamiento del cohete o chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento, que este año ha sido el que prenda la mecha el subdirector de la Banda de Música la Pamplonesa al cumplirse 100 años de su existencia, Jesús Garisoain, para representar en el balcón principal de la Casa Consistorial, a las 12 del mediodía del 6 de julio y termina a las 24 horas del 14 del mismo mes con el Pobre de mí… una canción de despedida.
Son las doce del mediodía y la plaza del Ayuntamiento de Pamplona estalla de inmensa alegría con e! chupinazo que marca el inicio de los sanfermines. A la misma hora pero a 1.000 kilómetros de distancia, en el marco incomparable del sevillano barrio de Nervión en el “Kiosco de Doñana” de la calle Espinosa y Cárcel nº 12, aglutina a un centenar de navarros y simpatizantes, pañuelo rojo al cuello, congregados allí por el Hogar Navarro de Sevilla para celebrar a su manera de forma acaso más discreta y familiar, el comienzo de unas fiestas universales con el tradicional chupinazo
¡Viva San Fermín! gritan entusiasmados los navarros reunidos por tercer año consecutivo en este “Kiosco de Doñana”, establecimiento regentado por Juan y su esposa Marta.
A sus puertas José Miguel Valderrama Esparza, natural de Pamplona, presidente del Hogar Navarro en Sevilla, acaba de lanzar el chupinazo junto al resto de miembros del Hogar y amigos simpatizantes.
Para proseguir con un emotivo brindis en honor del Santo con vino rosado navarro y el kalimotxo para los jóvenes, que acompañó a un exquisito caldereta bardenero, guiso típico a base de patatas, cordero, verduras y chorizo además de los consabidos y no menos exquisitos pimientos del piquillo y la simpar chistorra navarra, que hicieron las delicias de todos los presentes y con los que festejaron un día grande para todo navarro de pro hasta bien entrada la tarde.
Foto Antonio Rendón Domínguez