Sevilla FC 1-0 Valencia CF
Querer es poder. Estas tres palabras resumen muy bien lo que en muchos casos es el fútbol. Fundamental es jugar bien, pero más importante todavía es creer en el triunfo. El Sevilla dio una buena lección de ello. Apretó los dientes y luchó hasta el final, tuvo fe en conseguir la victoria y ni siquiera el palo de fallar un penalti, otro penalti errado, le hizo bajar los brazos. La recompensa llegó con el tiempo cumplido mediante la testa de Jordi, que poco antes había desperdiciado una pena máxima y una franca ocasión de gol. Fue un justo punto y final para un choque en el que los nervionenses llevaron en todo momento la iniciativa, anularon a un rival que casi no apareció y por último dijeron sí a la Champions, que queda a dos puntitos.
