Hay noches que se me hiela el alma retorciéndose dentro de mí. Escucho aullidos a lo lejos y reirse a los fantasmas. Es el miedo a una parada, a un pensamiento. Vociferan las angustias que se asoman de día, escupiéndome de noche, cuando todo está en calma. Por eso siempre tengo una luz encendida .Tan sólo me guío por lo que alcanzan a ver mis ojos. Esta noche voy a dormir a oscuras. Me guiaré por otros sentidos. Oleré a hogar , a sábanas de algodon ,al olor de los que duermen conmigo. Escucharé mi respiración, los coches de la calle pisando el asfalto mojado, y como suenan las paredes inmóviles que parecen que cobran vida. Sentiré como se eriza la piel con el miedo, y como se expande cuando se alejan los fantasmas. Abro los hombros echándolos hacia atrás. Lleno mis pulmones de aire. Dejo que mi alma de torne cálida y que la energía fluya por todo mi cuerpo y siento el placer de estar viva, el reencuentro conmigo misma. Me acuerdo de las barbacoas en la playa, de las locas noches de la feria de abril, volviendo a casa después de tomar los churros con chocolate, a las ocho de la mañana, con los zapatos en la mano. Me viene a la memoria la explosión de los fuegos artificiales cerrando las fiestas, y los pasos de semana santa cruzando la calle sierpes , con la catedral iluminada a lo lejos adornada por la saeta del perejil . - “Esta noche disfrutaré de los leves contraste de luces y sombras, le expliqué a mi amigo”. - “Los fantasmas del día aparecen por la noche , Marta”- explicó Ismael. M: Son fantasmas llamados pensamientos , amigo. I: Ansiedad…temor…fantasías. M: Fracaso…decepción- le expliqué yo también”. I: ¡ Como tú amiga mía , hablando con esas amargas palabras! M: La espontaneidad se paga , Ismael. I: Quizás pagas porque después te arrepientes. El refrán dice …no soy monedita de oro para caerle bien a todos. Me harté de reir , mi amigo tenía razón. I: Para mí la noche depende de si estoy …en el monte, de las noches solitarias, en cuartos sombríos, a veces acompañado… M- Tienes razón…depende de la noche. Después de ésta charla subo a la azotea, miro el cielo oscuro de la madrugada , admiro las estrellas, la luna me guiña un ojo, es mi cómplice ,conoce los secretos de la noche. Vuelvo a mi cama. Los fantasmas están calmados ,se sientan en el suelo ,se aburren y se marchan. No quedan ni sus huellas .Es que no existían, tan sólo mi imaginación les dio la vida.