En los últimos días venimos asistiendo a los grandilocuentes discursos del Presidente Hugo Chávez. Asistimos perplejos viendo cómo atenta contra la seguridad jurídica y contra los intereses empresariales españoles. El Presidente, en su afán de populismo barato y de crear un nuevo orden mundial (Irán- Cuba- Venezuela) no se da cuenta del daño que está causando a su país de forma interna y en el cada vez más importante contexto internacional.
El Sr. Hugo Chávez ocupa los últimos días en salir en los medios de comunicación para desprestigiar a La Corona, que goza de un enorme arraigo en el pueblo español y europeo y es, además, una institución constitucional. No queda saciado únicamente con los ataques a la Corona, sino que incluso ha entrado en el campo de la seguridad jurídica respecto a las empresas españolas. Esto no es de ser muy inteligente. A eso se le llama populismo barato.
Señor Chávez,¿por qué no manda callar a su equipo de asesores cubanos e iraníes y su idea de conformar un nuevo orden mundial?
- Yo lo sé!!Porque Irán y Cuba dan muestras diarias de Democracia, solidez y estabilidad política, Derechos Humanos, libertad de prensa y de pensamiento, crecimiento económico, relaciones internacionales y satisfacción de sus ciudadanos
Volviendo con las empresas españolas. Es por todos conocido aquel refrán que dice no muerdas la mano que te da de comer. Pues Hugo Chávez no lo conoce (o lo conoce pero no hace caso, lo que en ese caso es realmente preocupante).
Señor Hugo, deje hablar a su pueblo y no imponga su individualismo. Está jugando con los intereses presentes y futuros de muchos ciudadanos, además está desestabilizando a toda la Región; por lo que se le pide un poco de cordura.
La idiosincrasia del pueblo venezolano, así como del pueblo suramericano en general, es la de recibir con los brazos abiertos a los inversores extranjeros, y en mayor medida, inversores españoles. Una cultura de relaciones comerciales que viene de bastantes años atrás. Y que, aun cuando se alcanzan elevados niveles de desarrollo, sigue siendo necesaria, aunque no imprescindible.
Empresas de capital español como Repsol, BBVA, Grupo Santander ,Endesa, Telefónica...y un largo etcétera han dedicado y dedican gran parte de sus recursos a la expansión y crecimiento en Sudamérica. En concreto en Venezuela ,estas empresas vienen realizando fuertes inversiones que se traducen en el aumento del stock de capital, en una ingente creación de empleo, fuente de generación de impuestos. Nuevos establecimientos se ven atraídos a establecerse junto a éstas para complementarse. Las infraestructuras del país se modernizan y se crean nuevas y modernas.
La esencia de toda empresa es la de obtener beneficios. Eso es indiscutible. Pero junto a esa generación de beneficios para el capital español, fluyen enormes beneficios (tangibles y no tangibles) para el pueblo venezolano. Este enorme movimiento causado por la empresas estimula al sistema educativo, a las universidades, a las escuelas de negocios. Estimula la llegada de nuevas ideas, el desarrollo de la cultura, del pensamiento crítico. Estimula una nueva demanda de ocio y de cultura por parte de los ciudadanos. Una demanda de consumo creciente.
Y todo ello da lugar a un crecimiento económico y social que necesita de un sólido poder político para minimizar las desigualdades en la medida de lo posible y contribuir al bienestar mundial.
Señor Chávez, espero que le dure mucho tiempo su amigo Fidel. Pero por si acaso ,tome nota de su colega Muammar Gaddafi, de visita cordial por Europa, donde ya lleva cerrados contratos por valor de 17.000 millones de euros en sólo 2 visitas oficiales.
Por todo ello, deje de dilapidar los intereses comerciales españoles en Venezuela y de generar incertidumbre en el empresariado. Yo no le voy a pedir que se calle, pero sí le voy a pedir que actúe por y para sus ciudadanos, y no para usted mismo. Ah, y no muerda la mano de quien le da de comer.