Los autores de este libro, Dusko Ivanovic, entrenador del Caja Laboral y ganador de la Liga ACB, y el empresario José Luis Larrea, conversan sobre innovación y baloncesto.
Ediciones Pirámide publica Tiempo ¿muerto? para innovar, de Dusko Ivanovic y José Luis Larrea, donde ambos autores conversan sobre baloncesto e innovación. En contra de lo que pueda pensar la mayoría, ambos aspectos tienen que ver entre sí mucho más de lo que podría parecer a simple vista.
En este libro, un entrenador de baloncesto y un directivo de empresa se unen para hablar sobre la innovación: A los dos nos preocupan el progreso y la evolución, y eso sólo se consigue innovando, cambiando, diferenciándonos, y añaden que se dieron cuenta de que el juego del baloncesto era una buena excusa, mejor aún, una buena referencia para analizar la innovación, para descifrar sus aspectos más importantes y sacar conclusiones de aplicación generalizada.
Este diálogo entre dos expertos, cada uno en lo suyo, y dos profanos, cada uno en lo del otro, abre en esta obra, página a página, el camino hacia un conocimiento compartido. A partir de ahí, sin pretender construir grandes teorías, su lectura nos hace ver cómo la dirección y la gestión de un equipo de élite se puede transponer al mundo empresarial. Se pone de manifiesto cómo resulta imprescindible que el entrenador o el director en la empresa esté comprometido con el club o la empresa y traslade tanto sus propias ideas y objetivos como la filosofía del club a sus jugadores o empleados, según el caso.
El lector podrá notar tras la lectura de este libro, que la manera de entender el baloncesto y la innovación tienen en común algunos de sus principios inspiradores. Por ejemplo, ambos son juegos abiertos: Cada jugada que rompe el sistema del contrario nos dice que la innovación supone transformación, implica ruptura, afirman, Ivanovic y Larrea y añaden que el saber hacer es la clave para plantearnos hacer cosas diferentes, por lo que la calidad es básica para innovar. Otro punto en común importante se fundamenta en la diversidad de jugadores, tipologías y estilos en el baloncesto. Todos los jugadores son importantes: no hay innovación sin contar con ellos. Por último, hay que atreverse, superar los miedos y ser capaz de cambiar de perspectiva para innovar y para ganar los partidos.
Este libro nace de la complicidad de dos sensibilidades muy distintas en apariencia, la del entrenador de baloncesto y la del directivo de empresa. Sin embargo, en sus conversaciones se puede reconocer un eje conductor idéntico: la preocupación por el progreso, la evolución y, en definitiva, la innovación. Todo ello desde el interés común por un deporte como el baloncesto, lleno de vida y de lecciones. Este diálogo entre dos expertos, cada uno en lo suyo, y dos profanos, cada uno en lo del otro, abre en esta obra, página a página, el camino hacia un conocimiento compartido. A partir de ahí, sin pretender construir grandes teorías, su lectura nos hace ver cómo la dirección y gestión de un equipo de élite se puede transponer al mundo empresarial. Se pone de manifiesto también cómo resulta imprescindible que el entrenador (director en la empresa) esté comprometido con el club (la empresa) y traslade tanto sus propias ideas y objetivos como la filosofía del club a sus jugadores (empleados).