La Escuela de Liderazgo de ADAD, cuyos orígenes se remontan al año 2006 como fruto de la evolución del trabajo de género de la entidad y de las propias necesidades de las mujeres de la comarca, según explicaba en la presentación del proyecto el gerente de la Asociación, Alfredo Florencio, ha sido seleccionada como experiencia transferible a nivel europeo en el marco de la iniciativa RURALAND, un proyecto de cooperación territorial liderado por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía en la que participan 10 regiones de 9 países en el marco del Programa Operativo INTERREG IV.
Sobre el carácter transferible de esta experiencia, por su inexistencia en territorio galo, hablaba Sylvie Aucouturier, que subrayaba el carácter participativo del modelo de ADAD, que ha logrado construir una red de mujeres procedentes de todos los horizontes, cuyo trabajo en común les permite tener más fuerza y eficacia en sus acciones, indicaba la política francesa. A estas conclusiones llegaban los visitantes europeos tras escuchar el testimonio de las representantes de los sectores de mujeres del Aljarafe-Doñana que están participando en la Escuela, dirigida a técnicas, políticas, empresarias, mujeres de base o del movimiento asociativo local y que en un futuro se abrirá a las mujeres inmigrantes de la zona.
La experiencia de las alumnas
María del Carmen García, presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias del Aljarafe y Doñana (AMEDALYD), incidía durante su intervención en los roles empresariales masculinizados que perviven en el medio rural y los beneficios que están aportando a las empresarias la Escuela de Liderazgo, para poner en valor nuestro trabajo, sacar a la luz las formas femeninas de hacer negocio y favorecer la creación de redes de colaboración entre nosotras.
Por su parte, la Primera Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Bollullos de la Mitación, Rocío Castejón, hablaba de la masculinización de la actividad política, una situación que lleva a las mujeres concejalas a asumir sin que realmente llegues a encajar los modelos masculinos de poder. Gracias a la Escuela de Liderazgo, aseguraba Castejón, empezamos a tomar conciencia real de cómo ocupar nuestro espacio de poder con seguridad, porque hay otros modelos de hacer política. Estamos al inicio de un largo camino -concluía-, de ahí la importancia de continuar con esta formación y hacer partícipe de la desigualdad, como vamos a hacer en Bollullos, donde se va a implantar un Plan de Igualdad que va a llegar a todos los departamentos técnicos del Ayuntamiento.
La experiencia de las mujeres de base la testimoniaban Marisa Morales y Fátima Acevedo, de la Asociación AFAN XXI de Salteras, que pusieron ejemplos concretos de las conquistas que han logrado por su empoderamiento personal y colectivo. Fátima Acevedo marcaba algunas características de la Escuela que han facilitado este empoderamiento, como su carácter itinerante, que ha permitido a las mujeres tomar espacios públicos; la importancia de trabajar la comunicación con perspectiva de género y luchar contra el lenguaje sexista, que nos invisibiliza y aparta de la vida político-pública, así como el efecto multiplicador y de arrastre, que permite que muchas otras mujeres, sin haber acudido a clase, se empoderen. Por todo ello, concluía Fátima, invertir en Escuelas de Liderazgo es invertir en futuro e igualdad.
En representación de las técnicas de los Centros y Puntos de Información a la Mujer de la comarca, tomaba la palabra, antes de comenzar un interesante turno de preguntas por parte de los visitantes, África Arroyo, que reflexionaba sobre los problemas comunes que habían encontrado todas las alumnas de la Escuela, relacionados con que lo individual es realmente un problema colectivo y lo personal es político. Arroyo animaba a llevar a las agendas del poder la desigualdad que sufren las mujeres en el ámbito rural y mencionaba algunos de los puntos del Decálogo de lo innegociable que han confeccionado las técnicas de género en la Escuela, entre los que hacía alusión a la precariedad de las áreas de género y la fuga de talentos o la instrumentalización que se hace del género.