Caras de felicidad absoluta en los rostros de Nadal, Feliciano, Verdasco, Ferrer y Granollers al levantar la quinta Ensaladera. Lo suyo fue una celebración especial y por todo lo alto, sabedores que se cierra una etapa. Difícilmente el tiempo volverá a unirles en torno al equipo nacional de la Copa Davis.
De entrada en 2012velarán por intereses personales. En año olímpico se entiende que la prioridad de todos será ganarse el billete para una cita que sólo se produce cada cuatro años. Compatibilizar Davis con Juegos Olímpicos se presume imposible con la ya de por sí cargada agenda tenística. Desde la ATP y la ITF tampoco se hace mucho por proteger a un torneo que despierta emociones distintas y especiales, sólo había que ver el ambiente en La Cartuja (Sevilla) para hacerse una idea.
Los cinco han renunciado a un equipo que ya no estará aparentemente dirigido por Albert Costa. Nadal, Ferrer y Granollers parece que lo hacen temporalmente, Feli y Verdasco indefinidamente porque no se muestran cómodos defendiendo los intereses de España en el dobles. En un futuro Granollers está llamado a ser titular en esta disciplina, pero más allá del catalán no hay una generación que llame a la puerta.
Las otras opciones conocidas son los veteranos Ferrero y Robredo o el díscolo Almagro pelado con Costa y la Federación. Al margen de estos tres habría que bajar muchos puestos en la clasificación para dar con el nombre de alguien que responda a la nacionalidad española. La continuidad de una estrella, Nadal, no es garantía el éxito en una modalidad por equipos, véase el ejemplo de Suiza que contando con el mejor jugador de todos los tiempos aún no sabe lo que es levantar una Ensaladera.
Desde la RFET confían que este reciente éxito suponga una multiplicación en el número de licencias entre los más jóvenes. En los últimos años el pádel, hermano menor del tenis, ha crecido con fuerza en las instalaciones deportivas, limitando el radio de acción de profesores y monitores en su función por descubrir futuros talentos.