No ha podido decirlo mejor ni más rápido Guillermo Marvizón. Ha sido fulminante en Facebook. Un golpe certero dado en el sitio justo antes de que, cualquiera sabe con la dictadura, un día nos encontremos las redes sociales secuestradas. Ya, a veces, se notan los temores en la Plataforma Social de Marta del Castillo.
Pero sigo. A la frase de Mariano Rajoy puesta como titular de la entrevista que publica hoy ABC, Marvizón responde al triquitraque de la estupidez con la bomba de la inteligencia. Dice el presidente que no preside: Cumplir con mi deber me llevará a volver a ganar. Y lo noquea Marvizón: El deber de Rajoy es obedecer a Merkel. Toma ya. Al suelo del cuadrilátero el débil púgil que no sabe sostener en pie una sola promesa electoral.
Guillermo Marvizón: te has cargado de un derechazo de sus votos vacíos ya de contenido, te has cargado no sé cuántos días de publicidad del ABC con la dichosa entrevista a un embustero. Lo has sabido hacer sin escribir en los medios o desde la acera de enfrente de otro periódico, ni junto a la competencia ideológica de cualquier diario que no respire en plan monárquico ni tradicional. Has ido por libre, por tu cuenta -de Facebook-, y a tu aire, como quien no quiere la cosa.
Has demostrado que a Rajoy -es lo grave en un presidente del Gobierno- se le tumba de inmediato con la retórica más evidente, esa que por lo visto es incapaz de calcular enfrente una cabeza que se sacó las oposiciones a registrador de la propiedad. Esto me demuestra que habré de plantear un día lo que un psicólogo como Federico Casado me explica que es la inteligencia factorial. Les aseguro que esa teoría será muy interesante de aplicar en la frágil personalidad de Rajoy.
La frasesita de hoy se las trae. Y Marvizón me ha hecho recordar a aquel que decía: En mi casa los pantalones los llevo yo del color que dice mi mujer.
Por otra parte, Rajoy es tan arrogante y presuntuoso que ya ha hecho en democracia el futuro recuento de votos de su dictadura para dentro de cuatro años, si llega. ¿Cómo se puede usurpar de antemano la voluntad de los electores para afirmar categóricamente que va a ganar otra vez? Eso dependerá de nosotros. Vamos, digo yo. A no ser que aquí acabemos, que no me extrañaría, en plan Hugo Chávez, a pucherazo limpio, que siempre es sucio en un supuesto mundo de libertades.
El resto de la entrevista no tiene desperdicio. Se la tira entera en el callejón como cuando no había manera con Curro Romero. Rajoy no está para irse a portagayola. No tiene machos para eso. Pero a cada respuesta por evasivas se va creyendo sus propias mentiras, las que ya no nos creemos los demás.
Ahora le ha dado por el presidente francés. Creo que es un buen tipo, creo digo. Pero a su lado, con la natural inercia para las ficciones que tiene Rajoy, sólo daría de sí para levantar una Torre Eiffel de palillos de dientes.