Hay alegrías y satisfacciones personales que me siento obligado a compartir con mis familiares, amigos y lectores. Y, como última razón para hacerlo, estaría la de la justicia, la de que se lo merecen, en concreto aquellos que durante tantos años me pidieron una y otra vez, sin cansarse, que escribiera. Pues bien, he aquí un claro ejemplo de que acertábais con vuestro deseo.
A mi móvil me ha llegado un mensaje que me deja sorprendido y que dice así:
Quiero felicitarte por lo que has escrito de Raphael con motivo de su concierto en La Antilla. Además de las cosas preciosas e importantes que dices de él, está tan bien escrito ! Y leer algo muy bien escrito es cada vez más difícil. Enhorabuena. Me has emocionado. Gracias y un abrazo. Natalia Figueroa.
Como el sms ha dejado grabado su número de móvil en el mío, la he llamado para ser yo el auténtico agradecido y lo que me ha hecho sentir ella a mí. Se encontraba en Ibiza pasando estos días de vacaciones. Y sobre esa conversación y con el permiso que me ha dado para hacer lo que quiera, publicaré en los próximos días un artículo.
Tengo la edad suficiente para saber quién fue en este país Natalia Figueroa antes de convertirse en la esposa de Raphael; la edad suficiente para saber que es una aristócrata nieta del histórico Conde de Romanones, hija del Marqués de Santo Floro -cuyo título ostenta ella en la actualidad tras el fallecimiento de su padre-, una mujer considerada entre las mejores intelectuales de su época, escritora y periodista, colaboradora del diario Pueblo cuando estaba dirigido por el punzante y finísimo Emilio Romero, presentadora de TVE en Si las piedras hablaran, con texto de Antonio Gala
Tengo la edad suficiente para valorar las palabras que me ha dedicado y quedar convencido por Natalia de que vuestro empeño porque escribiera era digno de tenerse en cuenta y llevarse a cabo. Con toda humildad, gracias a todos; y especialmente a quienes hicieron posible darme a luz por Internet desde sus diarios digitales para todo el mundo: los periodistas Marina Bernal, Juan Mellado y Miguel Gallardo.