La falta de ordenación del espacio y control del mismo genera una crisis de seguridad en el ciudadano. Los espacios liberados de veladores han sido ocupados por artistas y juglares que monopolizan el espacio. El espacio público es de todos y de los demás también. Se han eliminado veladores que pagaban un canon al ayuntamiento y que estaban respaldados por un propietario que tiene una licencia de actividad y han sido sustituidos por vendedores de venta ambulante (que venden copias ilegales), juglares y artistas que generan corros de transeúntes que se agolpan en su entorno. El uso del espacio púbico debe estar planificado, organizado y controlado. Seguridad, limpieza y asistencia médica de urgencia tiene que estar en los puntos críticos. Con gran afluencia de público no debe circular el tranvía, no permitir bicicletas, monopatines, motos eléctricas, segways, bicicletas y otros vehículos. En la Puerta Jerez tenemos a los jóvenes exhibicionistas de bicicleta y monopatines, el cuadro flamenco junto a la fuente, en Constitución el pintor en suelo, la estatua humana y en la plaza de San Francisco y Plaza Nueva múltiples actuaciones y Tetúan y Sierpes los vendedores ambulantes.