Lo primero que hay que decir, es que reducir sensiblemente este problema de higiene en las calles, es posible, porque algunas ciudades han tomado medidas, con muy buenos resultados para reducirlo. Dos aspectos claves para combatir esta lacra que tiene su origen en un problema de mala educación de los propietarios de las mascotas:
Las ordenanzas municipales prohíben a los ciudadanos salir a la calle para evacuar y depositar excrementos y orines, suyos o de sus mascotas.
Se trata de generar un “trazado higiénico” que une dos zonas verdes en las que hay instalaciones para que las mascotas puedan evacuar de manera higiénica. Este eje es un recorrido al que deben acceder los propietarios y sus mascotas en el que encontrarán “estaciones de higiene” donde la mascota podrá evacuar por urgencia y contarán con una pileta de agua y una papelera de evacuación canina donde los propietarios podrán depositar los excrementos de sus mascotas de manera higiénica y segura.
Estas actuaciones formarán parte de un Plan de Higiene Urbana, y es muy importante comunicar al ciudadano los objetivos para que el ciudadano se siente involucrado y participe.