Frente a la que califica de crisis de salud pública histérica desatada como consecuencia del caso de difteria registrado en España, el autor, defensor de la vacuna contra tal enfermedad, pone en cuestión a quienes pretenden hacer negocio a costa de lo que pueden calificarse de seudovacunas.
Torres de arrogancia médica sobre cimientos de ignorancia científica.
Construimos torres de arrogancia médica sobre cimientos de ignorancia científica y ello conlleva desvalimiento, sufrimiento y muerte de enfermos y sanos. Se ha visto muy bien con el caso de difteria en un niño no vacunado, a comienzos de junio de 2015, en España.
Sobre un hecho lamentable se ha construido una torre de arrogancia médica y de intolerancia social en que se ha pedido de todo para los padres, excepto la muerte en la hoguera (que yo sepa).
Sobre un hecho lamentable se ha construido una torre de arrogancia médica y de intolerancia social en que se ha pedido de todo para los padres
Como siempre, tal torre se ha construido sobre cimientos de ignorancia científica. Entre los constructores hay todo tipo de individuos, desde políticos a periodistas, desde expertos a aficionados, desde médicos a pacientes. Todos los masacradores se han aupado en la torre de la arrogancia e intolerancia, con una superioridad moral que asusta. Se han azuzado bajos instintos y respuestas irracionales y se han jaleado conductas y palabras vergonzosas. ¿Por qué? Básicamente por incrementar el negocio de las vacunas, ese negocio que pesca en río revuelto para vender las vacunas en un paquete que incluya tanto las vacunas sistémicas (y necesarias) como las vacunas comerciales e innecesarias (como la de la gripe, del papiloma y otras).
Con ello se ha faltado a las normas de compasión, cortesía y piedad, además de cometer la idiotez de idiotizar a una minoría a la que se le da una importancia que no tiene.
Dr. Carlos Álvarez Leiva (Presidente Fundador de SAMU),