Lleva el ritmo vertiginoso y trepidante de la eficacia, el que consigue atar miles de cabos sueltos, cerrar ajustadamente sus propósitos y contagiar en segundos el entusiasmo que necesitan las causas urgentes, las que ya no pueden demorarse más, las que agotan el límite de la espera. Es energía pura. Y la necesita sin sedantes para sus imperiosos cometidos. Menos mal que nació con ella como si su origen, sabedor de su futuro, la hubiera dotado de una condición indispensable para su destino. Ese destino de mujer completa, que ha de encargarse de tantas cosas a la vez y no dejarse una sola atrás: su familia, sus amigos, su trabajo, las relaciones sociales o su propio aspecto personal, siempre impecable y deslumbrante. Si no fuera porque la ralentiza una elegancia natural que la muestra en bien escogidos colores, se diría que está rodada por los fotogramas acelerados del cine mudo.
🕐 26/12/2011 21:32
✍️ Miguel Gallardo
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