SI NOS QUERÉIS... ¡IRSE!
Ayer me encontré las páginas de las redes sociales salpicadas por los lunares de su bata de cola, agitadas por su famoso temperamento. ¡Cuánta gente -y joven- recordaba a Lola Flores en otro aniversario más de la fecha en la que la gloria nos arrebató lo que era suyo! A fin de cuentas, Lola Flores no fue más -ni menos- que una extraterrestre que estuvo aquí de prestado; un ente inquieto y volátil digno de estudiar la ufología. Se empleó bien en lo humano, creo que sólo le faltó montar en globo (si es que no lo hizo también), pero llegó de la galaxia de los únicos, de los irrepetibles, y debió regresar a ella. La lógica fue imposible con Lola Flores. Por eso un cronista en Nueva York escribió sobre el debut de La Faraona los dos sumandos y el resultado de la aritmética del genio: No sabe cantar, no sabe bailar: pero no se la pierdan.