Rompió la dinámica perdedora el Sevilla fuera de Nervión en Liga y hasta rozó la victoria en la jugada final, lo que habría supuesto acabar con la tendencia negativa del conjunto de Nervión cada vez que visita el feudo rojillo navarro. El equipo de Jiménez estuvo muy espeso en un primer tiempo en el que pudo tirar por la borda todas sus intenciones de puntuar al encajar un gol imperdonable por la candidez de la defensa y el portero y de no haber mediado minutos después el acierto de éste al desviar un penalti lanzado por Puñal. La reacción en la segunda mitad, en la que resultó providencial la entrada en juego de Duda, y el tempranero gol de Jesús Navas resultaron decisivos. Además, el zurdo portugués tuvo en sus botas el gol de la victoria en la última acción del partido, pero su disparo en falta directa se estrelló en el larguero. A diferencia de lo ocurrido el sábado en Almería, las cosas se torcieron mucho antes.
Todo se complicó aún más tras un error al alimón entre Fazio y Palop aprovechado por Plasil. Eso ocurría en el minuto 18 y hasta ese instante el juego resultaba a todas luces insulso y previsible y los dos guardametas eran meros espectadores de un encuentro sin brillo alguno. A la ausencia de espectáculo contribuían especialmente algunos futbolistas. Ese era el caso de Martí. El pretendido lateral quedó retratado en dos balones francos que le llegaron sin oposición para centrar y los envió a la grada. Pese a ello el Sevilla tuvo a mano empatar un minuto después de que los de Ziganda cobraran ventaja. Koné se plantó en área escorado, su disparó cruzado fue desviado con apuros por Ricardo y, tras el posterior centro- chut de Adriano, Cruchaga trabó el disparo de Luis Fabiano sin que Clos Gómez señalará el claro penalti. Tras ese atisbo de reacción que no tuvo continuidad se retomó la atonía del encuentro, que volvería a cobrar cierto picante cuando Poulsen zancadilleó en el área a Juanfran en una acción tan absurda como estéril. El árbitro si lo tuvo claro esta vez y decretó penalti, pero no sacó provecho Osasuna esta de ese nuevo «regalo» del entramado defensivo blanco. Palop se redimió en el lanzamiento del especialista Puñal lanzándose abajo y desviando el disparo. Segundos después Jiménez se veía obligado a retocar la alineación al solicitar el muy «"lesionable» Adriano el cambio por su enésimo problema muscular. Optó el de Arahal por sacar al campo a Jesús Navas, al que había dado descanso inicial ofreciéndole una nueva oportunidad al frío De Mul, para que jugase por la izquierda, completándose así un costado zurdo con dos diestros. De ahí al descanso sólo una intervención apurada de Ricardo a cabezazo de Koné y cierta sensación de falta de ánimo y recursos en el triple campeón de UEFA, Copa del Rey y Supercopa de España.
Entró Navas
Obligado a mover ficha ante el negro panorama, Jiménez retiró al apático De Mul, situó a Navas donde más daño hace y puso en escena a Duda. La modificación tuvo un efecto inmediato. El portugués evidenció desde el primer balón que es de largo el mejor asistente desde los costados y en el segundo que envió encontró el complemento preciso del remate cruzado de Navas imposible para Ricardo. Ganó en confianza el Sevilla con el empate y el partido en cierta vistosidad. Luis Fabiano tuvo el 1- 2 en sus botas, pero no estuvo lo suficientemente vivo tras un error en el blocaje del meta rojillo.
El partido se abrió definitivamente al soltarse los dos equipos en ataque. Dady estuvo apunto de firmar el 2- 1 en espectacular disparo de falta que botó en la raya tras golpear con furia el larguero. Había más huecos para contragolpear, pero el Sevilla, ya con Maresca por Poulsen en el campo, jugaba demasiado lento como para sorprender a un equipo que difícilmente se desordena en defensa.
Más cerca el Sevilla
Pese a ello estuvo más cerca de llegar en los instantes postreros del choque el 1- 2 que el tanto que abrochara la victoria navarra. Así, Duda lanzó fuera por poco tras una buena acción de Jesús Navas por su costado. Antes de llegar al alargue hubo otra contra que no encontró la precisión adecuada en el último pase. Pero la oportunidad más clara llegó sin tiempo para reacción alguna. En un nuevo ataque sevillista, que esta vez sí fue con fe por la victoria hasta el pitido final, Maresca fue derribado por detrás al borde del área. De nuevo el protagonismo lo acaparó Duda en una posición ideal para sacar a relucir su privilegiado golpeo con la zurda. Pero la fortuna, que había acompañado minutos antes en el disparo de Dady, no quiso decantarse del todo con la tropa de Nervión, y el disparo del ex jugador del Málaga se fue al larguero sin que tampoco hubiera acierto en el rechace posterior.
De esta forma no hubo el pretendido salto en la clasificación, pero al menos el equipo dio muestras de cierto poder de reacción, que habrá que corroborar el domingo ante el Murcia para salir cuanto antes de los puestos que más queman y ver el horizonte de forma más despejada, aunque el objetivo previsto en verano va camino de tener que ser reconducido en estas próximas navidades.