Este domingo es la Solemnidad de Jesucristo, como Rey del Universo, Rey de los Judíos y termina otro año litúrgico, esta fiesta solemne del Rey de la Humildad da paso al tiempo de Adviento.
"Yo soy Rey. Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la Verdad". (Jn 18, 36-37) Con esta Solemnidad que nos presenta a Jesucristo, como Rey del Universo, finaliza otro año litúrgico, para dar paso el próximo domingo, al tiempo de Adviento, tiempo de Esperanza, tiempo de preparación al nacimiento de ese Jesús, Rey de la Humildad y de la Bondad que, nacerá en la próxima Noche Buena en la que, tocarán las campanas de alegría en nuestros corazones, pero indudablemente deberemos tener, una preparación previa en los cuatro semanas de Adviento. Tendremos que prepararnos, a fondo, en nuestros corazones y no solo en la Fiestas de la Navidad del Redentor del Mundo. Jesús Rey de los Judíos, ese Mesías o Emmanuel que, con su gran humildad y bondad, será en su momento, ajusticiado, como si de un malvado se tratara y sentenciado a morir en la cruz.