Hasta el 13 de abrir del 2014
Durante años, este del Sábado Santo fue un día difícil para mí. Me viene de lejos lo de no entender muy bien al mundo, haber nacido con una sensibilidad que choca constantemente contra interrogantes que no congenian con ella. Y encontraba en la Semana Santa un albergue de tiempo a mi medida, un acompasado ritmo de luces y de brisas ajustadas a los latidos de mi corazón. Así que, cuando la Semana Santa se acababa, me invadía una tristeza bien trabada de temores hacia la realidad, como si sacaran al pez del agua.