Dice un refrán que de la familia y del doctor, cuanto más lejos mejor pero si todos los médicos son como Francisco Gallardo, lleno de humanidad, el refrán pierde todo su sentido. A Paco Gallardo lo conocí no hace tantos años, cuando publicó La última nocheallá por 2012 (Algaida) y sin embargo tengo la sensación de conocerlo de toda la vida. Inspira confianza, se conduce siempre con una gran amabilidad y respeto, es buen oyente y tiene una conversación cercana e inteligente. Más de media ciudad lo conoce. Muchos, por cuestiones médicas y dejan constancia de su gran profesionalidad. Otros, por el mundo literario del que él disfruta, sin prisas, y con el que nos regala grandes historias. Y es que ya van tres las novelas publicadas hasta el momento. La última fue Áspera seda de la muerte, con la que consiguió el Premio de Novela Ciudad de Badajoz en 2018. No obstante, Gallardo lleva un tiempo haciéndonos regalos casi a diario. Un buen día comenzó a llenar un espacio virtual de palabras hechas recuerdos, o de recuerdos hechos palabras, eran letras de las buenas y no garabatos de médico con prisa que nadie entiende.Sin darse cuenta estaba escribiendo el libro que siempre quiso escribir y del que ya podemos disfrutar, en una preciosa y cuidada edición, y bajo el título Cuadernos de San Lorenzo (Algaida).
Francisco Gallardo ha conseguido llevar su barrio a toda Sevilla, hacer de una plaza el epicentro de esta ciudad donde hoy, con esta lectura, cualquiera puede volver a su niñez y trasmutar los escenarios de su infancia, para correr y jugar al balón en las calles del barrio de San Lorenzo o para comprar el mejor pan en la tienda de Amparo y Felipa. Gallardo regresa con este libro a aquellos años en los que 'padre' y 'madre' aún pisaban los adoquines de la calle Santa Ana, para volverse a encontrar con la vida de entonces, una vida pequeña, exenta de grandezas y sin embargo, feliz.
Y con este trasfondo lleno de nostalgia, acudimos hace unas semanas al Palacio de los Marqueses de la Algaba donde Cuadernos de San Lorenzo vería la luz. La presentación corrió a cargo de dos periodistas muy conocidos en Sevilla, Paco Correal y Paco Robles. El primero apuntó que este libro suponía la consagración de la plaza de San Lorenzo como escenario literario, un espacio que él mismo compartió con el autor cuando llegó a Sevilla siendo muy joven para iniciar su carrera periodística. Correal señaló certeramente que este libro es 'un retrato en sepia de un tiempo en el que había muy pocas cosas y muy pocas bastaban para ser felices'.
Por su parte, Francisco Robles nos habló de los grandes nombres de la literatura que siempre han estado vinculados al barrio de San Lorenzo. Mencionó los magníficos artículos de Bécquer sobre la ciudad y enumeró varios títulos como Sevilla del buen recuerdode Rafael Laffón, Sevilla en los labios de Joaquín Romero Murube o Los años irreparables de Rafael Montesinos. Añadió además La ciudad de Chaves Nogales y recordó que Cernuda escribió Ocnos desde Glasgow, con la añoranza en la piel. A este rosario de volúmenes imprescindibles, se une ahora Cuadernos de San Lorenzo, 'de altísima calidad literaria y humana'. Destacó la prosa poética y la constante contención del autor a la hora de escribir. Con este volumen el lector puede descubrir o redescubrir un barrio, 'un microcosmos, una plaza hecha mundo donde radican las pasiones, los deseos, la realidad, la tristeza de la posguerra y la esperanza de un tiempo nuevo', señaló el periodista. Afirmó además que Gallardo hace un ejercicio de costumbrismo en este libro, que a su juicio es algo muy denostado en nuestros tiempos. 'Leyendo el libro de Paco Gallardo, nos encontramos con la Sevilla de las radios de cretona, con las peinadoras,...', pinceladas de otro tiempo que, a pesar de la dureza, era feliz. Terminó su intervención con unas palabras que resumen perfectamente lo que podemos encontrar en este libro y que no es otra cosa que, 'la prosa sin edulcorar, los sentimientos auténticos, como el propio Paco'.