Ilusión es la palabra que más se repite en estos días previos a las Finales a Cuatro de Cáceres. Ilusión por competir, ilusión por disfrutar, ilusión por ascender. Miles de aficionados se darán cita en el Multiusos de Cáceres en un evento sin precedentes en las categorías LEB.
En LEB Oro parten como teóricos favoritos los dos equipos `recién´ descendidos de la liga ACB, Alicante Costa Blanca y Bruesa GBC, que pujan por retornar a la categoría perdida hace aproximadamente un año.
Probablemente, la plantilla de Alicante sea la más completa de la categoría (con los debidos respetos a la del ascendido CAI Zaragoza). En todos sus puestos jugadores de calidad y experiencia. Dos excelentes timones como Stephane Dumas y Josh Fisher, uno más director con dilatada experiencia ACB a sus espaldas y un ascenso con León y otro más anotador. Carroll, llegado a mitad de temporada, es el francotirador exterior, brillantemente acompañado por dos nombres de relumbrón para esta LEB, el atlético Alain Digbeu y el que fuera internacional Lucio Angulo. La batería interior no se queda atrás: el talento de un joven Norel que casi con seguridad retornará a la Penya para jugar en ACB la próxima temporada, un valor seguro en la LEB como Waleskowski, un ex- NBA como Martynas Andriuskevicius, un center debutante en Europa de la mano de AEK de Atenas como Taylor Coppenrath y un excepcional complemento como Nick George ¿Alguien da más?
Enfrente tendrán a un Tenerife Rural que ha hecho de la fe su carta de presentación. Fe en superar un playoff que se les puso muy cuesta arriba tras ceder en el primer partido en el Santiago Martín. La estrella del equipo es sin lugar a dudas Barbour. El de Kentucky es un anotador compulsivo que tendrá la oportunidad de destaparse en un gran evento como este. Junto a él en el perímetro, el eléctrico Francis Sánchez, el capitán Iván Rodríguez y Julio González. Clave será el rendimiento de los jugadores interiores para parar la avalancha de los de Óscar Quintana, teniendo el equipo de Rafa Sanz elementos suficientes para hacerlo frente: la polivalencia de Diego Guaita, la clase de Fotios Lampropoulos, los tapones e intimidación de Gimel Lewis y los rebotes de Kiril Wachsmann. Al mando de las operaciones, dos auténticos cerebros al servicio del entrenador en la pista: Edu Sánchez y Pedro Llompart.
El mayor concepto de equipo es el de Breogán. Todo un bloque que ya sabe lo que es ganar una competición yendo de tapados como la Copa Príncipe de Asturias disputada en Zaragoza. Cuentan con una columna vertebral de nacionales muy importante: Nacho Ordín- Héctor García- Roberto Morentin. Junto a ellos, un clásico de la competición en un gran momento de forma, Maurice Jeffers, un descubrimiento que ha ido de menos a más como Tiras Wide, un asesino silencioso como Zach Morley que siempre suma y un fajador interior que es Daniel Kickert. López, Betinho, Clark y Fornas completan una rotación en que cualquiera te puede hacer un roto a la mínima que te descuides, pero siempre seguirán sumando como lo que son, un equipo.
El Bruesa GBC de Pablo Laso es otro de los favoritos para alzarse con el ascenso. Construido entorno a dos grandes nombres como Andy Panko en el exterior y Bernard Hopkins en el interior, el equipo ha hecho una meritoria liga regular, la mayor parte en pugna con el ya ascendido CAI Zaragoza. Pero no solo de Panko&B- Hop viven los donostiarras. Rod Brown, Isaac López y David Doblas completan un quinteto de auténtico lujo y muy difícil de defender. Además, los tres han dado un paso adelante en el playoff previo a esta final. El escolta Arco, el tirador Schraeder y un atlético Andrade completan un perímetro con numerosos y variados efectivos. En la pintura Faverani y Arteaga atesoran calidad a la vez que juventud y margen de mejora.
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