El último Boletín de la IWBF-EUROPE, organismo que regula el baloncesto en silla de ruedas europeo, ha publicado su ránking anual de clubes. Tras la celebración de las competiciones en marzo y abril, el equipo alemán del RSV Lahn-Dill, campeón de la Copa de Europa de clubes campeones, encabeza la clasificación con 274 puntos, seguido del Galatasaray de Turquía con 271 y del también alemán, el RSV Rollis Zwickau con 247. Fuera de este simbólico podio se encuentran el Santa Lucía Sport de Roma, el C.D. Fundosa Once de Madrid y el C.D. ONCE-Andalucía, en la sexta posición. Es cierto que el club andaluz ha bajado tres puestos en esta clasificación, ya que al término del curso 08/09 sólo le superaron los turcos del Galatasaray y los alemanes del Lahn Dill, pero sin duda su permanencia en la elite del baloncesto en silla de ruedas europeo es motivo de celebración. Sobre todo, si se tiene en cuenta el poderío deportivo y económico de las entidades que le preceden, entre ellos, un equipo patrocinado por un club de fútbol, el mencionado Galatasaray. La temporada 2009/2010 se cierra, pues, de manera brillante para el C.D. ONCE-Andalucía, tras un ejercicio en el que volvió a dejar su huella en el básquet continental. Su inmaculada fase previa, en la que obtuvo la clasificación para la final tras ser campeón invicto de su grupo y su posterior regreso a la Copa de Campeones avala su trayectoria. La lástima fue que la acumulación de bajas por lesión (Romero, Alejandro Zarzuela, Israel Sánchez y Muñoz) impidiera que los de Matteo Feriani, al menos, igualaran la sexta plaza de la edición anterior. El octavo puesto de Roma dejó un sabor amargo en el plantel hispalense, pero está claro que no se puede competir en la máxima categoría con un lastre tan determinante. Y es que la expedición española estuvo integrada únicamente por siete jugadores. En la competición doméstica, el C.D. ONCE-Andalucía arrasó y se hizo con todos los títulos a los que optó. Nuevamente ganó la Copa Andaluza en el puente de la Constitución, y repitió éxitos en la Copa del Rey, derrotando nada menos que al C.D. Fundosa Once, al Fundación Grupo Norte y, en la final, al anfitrión, el Funhpaiin-Peraleda de Toledo. El doblete, por sexta vez en la historia se materializó tras ganar en la última jornada de la liga al CAI de Zaragoza, en su cancha del José Garcés, certificando además el descenso de un histórico como el equipo maño. Pero en el camino hacia ese doblete, los de Feriani vencieron por partida doble al C.D. Fundosa Once. En Madrid, con una canasta in extremis de Sonia Ruiz, y en Sevilla en un apasionante y disputado duelo. Así, pues, el C.D. ONCE-Andalucía añadió tres títulos más a sus vitrinas, manteniendo la hegemonía en el baloncesto en silla de ruedas andaluz y español, y creciendo un poco más en el europeo.
